San Lucas 8, 19-21:
“Los que escuchan la palabra de Dios y la practican”.
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. EL SIMPLE AFECTO FAMILIAR HUMANO AL OTRO AFECTO DE LA GRAN
FAMILIA CRISTIANA.
En un momento en que Jesús, rodeado de gentes, predica, su madre y sus “hermanos”
desean verle. Como no pueden acercarse, por la multitud, se le pasa un recado. Y Jesús
aprovecha aquella oportunidad, no para negar el afecto filial y de piedad a los suyos, sino
para comparar el simple afecto familiar humano al otro afecto de la gran familia cristiana.
Por eso, desde este punto de vista, para cualquiera que “oye” la “palabra de Dios,” término
exclusivo de Lc, y la “pone por obra,” tiene para Él el afecto entraable y familiar, aunque
aquí sobrenatural, que corresponde a ese otro motivo más alto que los simples lazos de la
sangre. Son los miembros del Reino.
2. TODO EL QUE HACE LA VOLUNTAD DE MI PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO
Ante la presencia de estos vínculos familiares, Jesús aprovecha la oportunidad para dar una
gran lección, señalando con la mano a sus discípulos, agregó: Éstos son mi madre y mis
hermanos, pues añadió: Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el
cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre. En efecto, Jesús, no niega el amor a su
madre ni a sus familiares, El habla de esa otra gran familia cristiana. No queda atado al solo
amor humano de una familia. Hay otra familia espiritual a la que ama, en un orden espiritual
y sobrenatural, con amor más íntimo y profundo que el amor humano con que se ama a la
madre y a los hermanos.
3. ESA ES MI MADRE NOS DICE JESÚS
Sin embargo, Jesús, es un hijo ejemplar de María, la enaltece, la elogia, la alaba, la pone
como ejemplo total de mujer y de Madre, ella escucho la palabra divina, y dijo: "He aquí la
esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". (Lucas 1, 36-38), por eso Jesús dice:
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ésa es Mi madre.
Una vez, estando hablando Jesús a la gente, alz la voz una mujer y dijo: “Dichoso el seno
que te llev y los pechos que te criaron.” Y Jesús le respondi: “Dichosos más bien los que
escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11,27-28).No es tal vez María la primera
entre aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen? Sin lugar a dudas, María es
digna de bendición por el hecho de haber sido para Jesús Madre según la carne, pero
también y sobre todo porque ya en el instante de la anunciación ha acogido la palabra de
Dios, porque ha creído, porque fue obediente a Dios, porque guardaba la palabra y la
conservaba cuidadosamente en su corazón.
Esa es mi Madre nos Dice Jesús, ella es modelo, María, amorosamente y obedientemente
hizo la voluntad de su Padre, nadie como ella fue tan fidelísima esclava del Señor, en la
encarnación y en cada momento de su vida.
4. ESTOS SON MIS HERMANOS
Así es como también, extendiendo sus brazos hacia sus discípulos dice estos son mis
hermanos, porque sus íntimos reconocen al seguir a Jesús quien es el único Padre, y nos
enseña que somos la gran familia de Dios.
Es así como hoy formamos la gran familia cristiana, unidos por el parentesco espiritual.
Este es un reconocimiento de nuestra fraterna unión con todos y nos invita a reflexionar
como debemos vivir como verdadera familia comprometidos al proyecto de la construcción
del Reino de Dios.
Esta es una invitación a ser parte de la familia de Jesús, compartiendo nuestra vida con El,
como buenos hermanos, ayudándonos, siendo solidario, compartiendo las necesidades de
esta gran familia, apoyándonos, a vivir sin egoísmo, a compartir la misma mesa, y a
obedecer al mismo Padre.
5. HACIENDO LA VOLUNTAD DEL PADRE
Es infinita la bondad de nuestro Hermano Jesús, ante todo los que hablaba, muestra su
divina inclinación a hacer el bien, como en todo y siempre dispuesto a señalar cual es
nuestro camino para el Reino, esto es, haciendo la voluntad del Padre, y nos llama con
dulzura, suavidad y amabilidad hermanos, para que aprendamos a tratarnos como tal y para
vivir unidos por el amor del Padre.
Hoy más que nunca, nos urge comprender este llamado que nos hace Jesús, formamos
una comunidad cristiana, unidos por lazos de parentesco espiritual, unida entre sí por el
amor al Padre que esta en los cielos, y cumpliendo su voluntad, Porque todo el que hace la
voluntad de mi Padre, ése es mi hermano, Es así, como debemos tener entre nosotros un
trato de hermanos, viviendo fraternalmente, con amor de hermanos, con gran respeto entre
si, afectuosos y en comunión.
El Señor les Bendiga