CICLO B
1. Idea teológica del año litúrgico “B”
El Evangelio de San Marcos es el que confiere a este Año Litúrgico B su
impronta teológica. Sin embargo, a falta de una historia de la Infancia en Marcos, la
Liturgia dispone de muy pocos textos de Marcos para Adviento y Navidad. También
en Cuaresma y en Pascua, varias veces es suplido el Evangelio de Marcos por el de
Juan.
Hasta la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, el Evangelio de Marcos no
había sido suficientemente considerado. El Evangelio de Marcos es el más antiguo
de los cuatro Evangelios. Y se impuso a la atención de los exégetas, cuando Marcos
apareció a los ojos de los escrituristas como el documento base de los Evangelios
de Mt y de Lc. Hoy los críticos reconocen que Mc no sólo tiene valor por el material
antiguo que contiene, sino también por la estructura y la profundidad teológica.
2. Perfiles doctrinales de Marcos
a) En Mc se observa una sistematización del material en un orden
"geográfico". Los primeros nueve capítulos se refieren a la Galilea. Desde el capítulo
11 hasta el final se refieren a Jerusalén. El cap. 10 es el que divide las dos partes.
Mc identifica intencionalmente la Galilea con el lugar de los acontecimientos
salvíficos, y la Judea-Jerusalén con el lugar de la oposición a Jesús. Esta
esquematización geográfica es, sin duda, la característica más evidente del plano
de Mc, y se impuso a los Evangelios de Mt y de Lc.
Otra característica es la confesión de Pedro: Jesús es el Mesías (Mc 8, 29).
Divide claramente el Evangelio de Mc en dos partes. La primera parte está
caracterizada por la incapacidad de los discípulos de reconocer quién es Jesús (4,
10-13. 38-41; 6, 52; 7, 17; 8, 4. 14-21), y está dominada por el “secreto
mesiánico". En la segunda parte, desde 8, 27 en adelante, se habla de Jesús como
Siervo sufriente de Is 53, que se sacrifica por su pueblo. De aquí el apelativo de
"teología de la cruz”. La Pasión tiene en Mc una gran importancia. No sólo ocupa
una parte desproporcionada respecto al resto de la actividad de Jesús (alrededor de
115 de todo el Evangelio), sino que proyecta su luz hacia atrás hasta el capítulo 8.
La cristología de Mc parece tener características contradictorias: por un lado,
comienza el Evangelio confesando a “Jesucristo, Hijo de Dios” (Mc 1, 1); por otro, el
“secreto mesiánico” busca cómo ocultar la epifanía del Hijo de Dios. En Mc tienen
importancia dos títulos cristológicos: Hijo de Dios (usado en los momentos
culminantes: Bautismo, Transfiguración, Muerte) e “Hijo del hombre” sufriente y
expiador, que llega a través de la muerte a la resurrección.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)