¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece?
San Mateo 19, 3020, 16:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
LA LLAMADA A SER Y A TRABAJAR EN LA VIÑA.
Es sugestivo el oráculo de Isaías, ya que nos ayuda a ver el mundo y la vida según la
perspectiva de Dios, desde el “cielo”. Y es sorprendente la enseanza de la Palabra del
Evangelio, porque en Jesucristo lo anunciado por Isaías alcanza su plenitud y su sentido
pleno, encuentra su realización. En Jesús tenemos al Dios-con-nosotros, Dios cercano para
siempre, viaducto entre el cielo y la tierra. En Jesús tenemos “hecho hombre” (Col 2,9) y
“en su condicin de hombre” (Flp 2,7) el pensamiento de Dios y, a su vez, el camino para
encontrarlo.
La parábola de Mateo nos adentra en el misterio del Reino de Dios, en el pensamiento de
Cristo, en el corazón del Padre, desvelándonos el secreto. Es, para todos, una fuerte
invitación a cambiar de mentalidad, a pasar de la lógica del mérito, de quien vive de
pretensiones y no reconoce ni admite regalos, al mundo de la gratuidad, que es la raíz del
amor y el secreto del Reino de Dios. Al inicio de la historia de cada uno hay un don:
La llamada a ser y a trabajar en la viña. La vida es el regalo precioso del tiempo para vivir y
trabajar en la viña. Al final del día tendrá lugar la recompensa, que no será para nadie el
fruto de sus propios méritos o esfuerzos, sino un regalo divino e inmerecido. Aquello que es
profundamente nuestro –a lo tuyo - es la llamada de Dios a participar en su vida y en su
obra, la posibilidad de trabajar y fatigarnos, de gastar la vida por él. Infeliz, murmurador y
envidioso es quien no reconoce el regalo.
Quien se siente acreedor, con derechos ante Dios y la vida, porque piensa que ya ha hecho
demasiado, considera todo lo gratuito como un robo, como una amenaza a la presunta
justicia. Sin embargo, descubrir que somos amados gratuitamente es empezar a responder
desde esa hora a la llamada de Dios; descubrir que todo es don - la viña, el vino, el trabajo,
la fatiga...- es el modo de estar en la Iglesia buscando el Reino de Dios.
Pablo nos muestra que es posible y hermoso vivir así: Responder a la llamada, esforzarse en
su viña y esperar de sus manos la recompensa del modo que quiera y el día que quiera. Sólo
quien vive así puede decir: “Para mí la vida es Cristo”.
ORACION
¡Tarde te amé,
hermosura tan antigua y tan nueva,
tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí,
y yo afuera,
y así por fuera te buscaba;
tú estabas conmigo,
más yo no estaba contigo.
Me llamaste y clamaste,
y quebrantaste mi sordera;
brillaste y resplandeciste,
y curaste mi ceguera;
exhalaste tu perfume
y lo aspiré,
y ahora te anhelo;
gusté de ti
y ahora siento hambre y sed de ti;
me tocaste
y deseé con ansia la paz que procede de ti.
(Agustín de Hipona, «Confesiones», 10,27, en Obras de san Agustín, 11, Biblioteca de
Autores Cristianos, Madrid 1946,75 1).