PASCUA
Este tiempo comienza con el Triduo Pascual, y se prolonga con los “Domingos
de Pascua”. El Triduo Pascual ya no pertenece a la Cuaresma, sino que es una
especie de introducción teológico-litúrgica al Tiempo de Pascua. Aunque el misterio
es uno, su celebración en tres días distintos nos hace ahondar en cada uno de los
aspectos del mismo.
El Misterio Pascual es el misterio de la humillación (kénosis) de Cristo y de su
exaltación gloriosa (Lc 24, 26). El Viernes Santo es la celebración de “Cristo
muerto”; el Sábado Santo recuerda a Cristo sepultado. Con la Vigilia Pascual
entramos en la dimensión gloriosa: la celebración de “Cristo resucitado”,
“Solemnidad de las solemnidades”. La celebración de la Pascua es el primero y más
importante de los “tiempos fuertes” del Año Litúrgico.
El Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo) nos
presenta a Jesús, que a través de la Pasión llega a la meta de la Resurrección y
Exaltación. Por eso, la teología de la Cruz y la teología de la gloria están entre si
coordinadas
En los tres Ciclos del Año Litúrgico, el Viernes Santo tiene el relato de la
Pasión de Juan 18. 1-19, 42, en el cual la imagen de Cristo Rey resplandece con
gran luz, ofreciendo un puente teológico que combina la teología de la Cruz con la
de la Resurrección.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)