El que habla con Dios, cara a cara.
24/09/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 43-45
En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús
hacía, Éste dijo a sus discípulos: «Presten mucha atención a lo que les voy a decir:
el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se
las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Ven Espíritu Santo, ilumina mi mente y mi voluntad para que nunca tema
acercarme a mi Padre celestial en la oración. Hazme dócil a tus inspiraciones y
ayúdame a corresponder a ellas con generosidad.
Petición
Jesús, ayúdame a entender, y a vivir, lo que hoy me quieres decir en esta oración.
Meditación
«Los discípulos reconocen que Jesús no tiene cabida en ninguna de las categorías
habituales, que El era mucho más que “uno de los profetas”, alguien diferente. Que
era más que uno de los profetas lo reconocieron a partir del Sermón de la Montaña
y a la vista de sus acciones portentosas, de su potestad para perdonar los pecados,
de la autoridad de su mensaje y de su modo de tratar las tradiciones de la Ley. Era
ese “profeta” que, al igual que Moisés, hablaba con Dios como con un amigo, cara a
cara; era el Mesías, pero no en el sentido de un simple encargado de Dios. En Él se
cumplían las grandes palabras mesiánicas de un modo sorprendente e inesperado:
“Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy”. En los momentos significativos, los
discípulos percibían atónitos: “Éste es Dios mismo”. Pero no conseguían articular
todos los aspectos en una respuesta perfecta» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret,
primera parte, p. 122).
Reflexión apostólica
«El cristiano podrá ser instrumento de salvación para sus hermanos sólo en la
medida en que esté unido a Cristo: “Separados de mí no podéis hacer nada”.
Tantas veces, sólo la oración puede abrir los corazones al amor de Cristo, hacer
triunfar la gracia sobre el pecado y lograr que los hombres acojan las exigencias del
Reino» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 110).
Propósito
Colocar en mi lugar de trabajo o en mi casa una imagen de Cristo.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, conocerte y escuchar la Palabra de Dios me debe llevar al compromiso
de saber buscarte con amor y confianza en la oración. Comulgar con tus
pensamientos y con tu voluntad. Muchos te escucharon, pero nunca tuvieron una
relación personal contigo, y los que la tuvieron, aún así te abandonaron en el
Calvario. Señor abre mi corazón, quiero experimentar tu cercanía y tu protección,
no permitas que nunca te abandone.
«Que nunca Cristo en el Sagrario sea un desconocido para ti»
( Cristo al centro, n. 835).