EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 11,27-28.
Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud
y le dijo: "¡Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!".
Jesús le respondió: "Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la
practican".
Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la
Iglesia
Sermón sobre el Evangelio de Mateo, n° 25, 7-8 ; PL 46, 937 (trad.
bréviaire 21/11)
Dichosa la madre que te llevó en sus entrañas
Atiende a lo que dice Cristo, el Señor, extendiendo la mano hacia sus
discípulos: " He aquí mi madre y mis hermanos ". Y luego: " El que hace la voluntad
de mi Padre, que me envió, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre " (Mt
12,49-50). ¿ Acaso la Virgen María no hizo la voluntad del Padre, ella que creyó por
la fe, que concibió por la fe?... Santa María hizo, sí, la voluntad del Padre, y por
consiguiente... María fué bienaventurada, porque, antes de dar a luz al Maestro, lo
llevó en su seno.
Ved si lo que digo no es verdad. Cuando el Señor pasaba, seguido por la
muchedumbre y haciendo milagros, una mujer se puso a decir: "¡Feliz y
bienaventurado, el pecho qué te llevó!" ¿ Y qué le replicó el Señor, para evitar que
se coloque la felicidad en la carne? "¡ Feliz más bien aquellos qué escuchan la
palabra de Dios y la cumplen!". Pues, María es bienaventurada también porque oyó
la palabra de Dios y la cumplió: su alma guardó la verdad más, que su pecho
guardó la carne. La Verdad, es Cristo; la carne, es Cristo. La verdad, es Cristo en
el corazón de María; la carne, es Cristo en el seno de María. Lo que está en el alma
es más que lo que está en el seno. ¡Santa María, bienaventurada María!...
Pero vosotros, queridísimos, mirad:vosotros sois miembros Cristo, y sois el cuerpo
del Cristo (1Co 12,27)... « El que escucha y hace la voluntad de mi Padre que está
en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana, mi madre"... Porque sólo hay una
herencia. Y es por eso que Cristo, aunque era el Hijo único, no quiso ser único; en
su misericordia, quiso que fuéramos herederos del Padre, que fuéramos herederos
con Él (Rm 8,17).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”