XXVI Semana del Tiempo Ordinario A (Año Impar)
Martes
San Lucas 9, 51-56
“Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén”. En el Evangelio de hoy, Jesús
explica a sus discípulos que deberá “ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte
de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y
resucitar al tercer día” (Mt 16, 21). Jesús subió voluntariamente a Jerusalén
sabiendo perfectamente que allí moriría de muerte violenta a causa de la
contradicción de los pecadores (cf. Hb 12,3).
Aceptando voluntariamente la muerte, Jesús lleva la cruz de todos los hombres y se
convierte en fuente de salvación para toda la humanidad. San Cirilo de Jerusalén
comenta: “La cruz victoriosa ha iluminado a quien estaba cegado por la ignorancia,
ha liberado a quien era prisionero del pecado, ha traído la redención a toda la
humanidad”.
Así pues, sabemos, que con la entrada de Jesús en Jerusalén se manifestaría la
venida del Reino que el Rey-Mesías, recibido en su ciudad por los niños y por los
humildes de corazón, iba a llevar a cabo por la Pascua de su Muerte y de su
Resurrección.
Dios Padre nuestro: tu Hijo Jesús, “decidió subir resueltamente a Jerusalén”, sin
importarle todo lo que aquel camino le iba a acarrear de sufrimiento y de cruz;
ayúdanos, a los que queremos ser seguidores radicales suyos, a tomar también
resueltamente la opción de dar nuestra vida día a día en el servicio a la Causa que
él con su entrega nos mostró.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)