XXVI Semana del Tiempo Ordinario A (Año Impar)
Miércoles
San Lucas 9, 57-62
“Te seguiré adondequiera que vayas”. No es fácil escuchar la voz del Señor y
menos decirle „sí‟, pues ese „sí‟ conlleva un cambio radical de los propios planes que
uno se ha hecho. Decirle al Señor «te seguiré adondequiera que vayas» (Lc 9,57)
se asemeja a dar un salto al vacío. Implica renunciar a todo, ir contra corriente,
afrontar a veces la incomprensión y oposición de los propios amigos, parientes o
padres. ¡Cuántas vocaciones se pierden por la oposición de los padres que ven en la
vocación a la vida sacerdotal o consagrada de uno de sus hijos no un signo de una
singular predilección divina, sino una maldición para toda la familia! En una
sociedad que se descristianiza cada vez más, quienes experimentan y quieren
responder al llamado del Señor serán ciertamente incomprendidos y sometidos a
duras pruebas.
Pero hay también de aquellos que escuchando y descubriendo el llamado del Señor,
con valor y decisión, sobreponiéndose a todo temor, renunciando generosamente a
sus propios planes, saben decirle “aquí me tienes, Señor, hágase en mí según tu
palabra” (ver Is 6,8; Lc 1,38). Hoy hay también jóvenes audaces y heroicos que
encontrando su fuerza en el Señor perseveran en medio de las múltiples pruebas,
obstáculos, tentaciones y dificultades que se les puedan presentar en el camino. Y
hay también padres generosos que abriéndose al llamado de alguno de sus hijos los
alientan y apoyan a ponerse a la escucha del Señor y responderle con generosidad.
¡También estos recibirán del Señor el ciento por uno, por la inmensa generosidad,
sacrificio y renuncia que implica entregar un hijo al Señor!
Rezar por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada en general es una
grave necesidad, y apoyarlas un deber que experimenta todo católico coherente,
todo aquel que verdaderamente escucha la voz del Pastor y lo sigue. ¡Este Domingo
especialmente, pero también todos los días, recemos intensamente a Dios para que
envíe más obreros a su mies (ver Mt 9,38) y también para que respondan todos
aquellos que han sido llamados!
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)