Seguir mi camino con Jesús y por Jesús.
27/09/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó
la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por
delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero
los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante es
negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: «Señor, ¿quieres que hagamos
bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?».
Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Padre bueno, que fácilmente juzgo a los demás en vez de estar más alerta sobre mi
propio comportamiento, por eso yo si quiero recibirte hoy en mi corazón, sé que tu
presencia en mi vida logrará cambiar las actitudes negativas que me alejan de la
santidad.
Petición
¡Ven Señor Jesús! Transforma mi debilidad en fuerza de amor.
Meditación
«El siervo actuará con firmeza inquebrantable, con una energía que no desfallece
hasta que él haya cumplido la tarea que se le ha confiado. [] Él se presentará con
la fuerza de la convicción, y será el Espíritu que Dios ha puesto en él quien le dará
la capacidad de obrar con suavidad y con fuerza, asegurándole el éxito final. Lo que
el profeta inspirado dice del siervo lo podemos aplicar al amado Juan Pablo II: el
Señor lo llamó a su servicio y, confiándole tareas de responsabilidad cada vez
mayor, lo acompañó también con su gracia y con su asistencia continua. Durante su
largo pontificado, se prodigó en proclamar el derecho con firmeza, sin debilidades ni
titubeos, sobre todo cuando tenía que afrontar resistencias, hostilidades y rechazos.
Sabía que el Señor lo había tomado de la mano, y esto le permitió ejercer un
ministerio muy fecundo, por el que, una vez más, damos fervientes gracias a Dios»
(Benedicto XVI, 29 de marzo de 2010).
Reflexión apostólica
Todos en la Iglesia están llamados a la santidad según expresa san Pablo: “Esta es
la voluntad de Dios, vuestra santificación” (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 277).
Propósito
Rezar la oración al Espíritu Santo al iniciar mis actividades laborales o domésticas.
Diálogo con Cristo
Jesucristo puedo, quiero y debo ser mejor persona. Permite que escale gustoso el
camino arduo hacia la cima de la santidad. Intercede por mí, Madre santísima, para
que la transformación en mi vida sea de gran alcance y profundidad, para gloria de
Dios.
«La rutina carcome nuestra santidad, pues hace que nos conformemos con ser
buenos olvidando que debemos ser “mejores”
( Cristo al centro, n. 2012).