Estar abierto a la manifestación de Dios.
29/09/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: «Este es un
verdadero israelita en el que no hay doblez». Natanael le preguntó: «¿De dónde me
conoces?» Jesús le respondió: «Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando
estabas debajo de la higuera». Respondió Natanael: «Maestro, Tú eres el Hijo de
Dios, Tú eres el rey de Israel». Jesús le contestó: «Tú crees, porque te he dicho
que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver». Después añadió: «Yo les
aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo
del hombre». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Padre mío, creo, espero y te amo. No te pido pruebas ni señales, sólo suplico por tu
misericordia, paciencia y comprensión ante mi debilidad. Ilumina mi oración como
medio seguro para poder crecer en la fe, la esperanza y en el amor.
Petición
Muéstrame Señor el camino y las grandes razones que tengo para vivir y esperar.
Meditación
«Natanael: un nombre que significa “Dios ha dado”. Este Natanael era originario de
Caná y, por tanto, es posible que haya sido testigo de algún gran “signo” realizado
por Jesús en aquel lugar. […] Como sabemos, Natanel le planteó un prejuicio de
mucho peso: “¿De Nazaret puede haber cosa buena?”. Esta expresión es
importante para nosotros. Nos permite ver que, según las expectativas judías, el
Mesías no podía proceder de un pueblo tan oscuro, como era el caso de Nazaret. Al
mismo tiempo, sin embargo, muestra la libertad de Dios, que sorprende nuestras
expectativas, manifestándose precisamente allí donde no nos lo esperamos. Por
otra parte, sabemos que, en realidad, Jesús no era exclusivamente “de Nazaret”,
sino que había nacido en Belén. La objeción de Natanael, por tanto, no tenía valor,
pues se fundamentaba, como sucede con frecuencia, en una información
incompleta» (Benedicto XVI, 4 de octubre de 2006).
Reflexión apostólica
«De aquí se alimentan la fe y la esperanza. En medio de los problemas del mundo y
de las propias dificultades, el miembro del Regnum Christi no aparta su mirada ni
su corazón de esta certeza. El amor misericordioso del Padre es más fuerte que
todo el mal presente en el mundo y que toda miseria que lacera la propia alma»
(Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 139).
Propósito
Buscar tomar un curso de doctrina para actualizar el conocimiento de mi fe.
Diálogo con Cristo
Jesús, gracias por tu amor, por tu presencia en la Eucaristía y tu cercanía en la
oración. ¿Acaso puede haber más razones para mi esperanza? Tu amor justifica
plenamente el esfuerzo que supone alejarme de las situaciones terrenas y
pasajeras que me aparten de tu gracia; concédeme crecer en el conocimiento de tu
doctrina, para fortalecer así mi fe y esperanza.
«Cristo, si encuentra en ti al hombre dispuesto por encima de todos y de todo, es
capaz, muy capaz, de untar con barro tus ojos empañados y devolverte la claridad
de la fe y de la esperanza»
( Cristo al centro, n. 520).