TIEMPO ORDINARIO
En el año litúrgico, llamamos tiempo ordinario al tiempo que no coincide ni con la
Pascua y su Cuaresma, ni con la Navidad y su Adviento.
Son treinta y tres o treinta y cuatro semanas en el transcurso del año, en las que no se
celebra ningún aspecto particular del misterio de Cristo. Es el tiempo más largo, cuando la
comunidad de bautizados es llamada a profundizar en el Misterio Pascual y a vivirlo en el
desarrollo de la vida de todos los días. Por eso las lecturas bíblicas de las misas son de gran
importancia para la formación cristiana de la comunidad. Esas lecturas no se hacen para
cumplir con un ceremonial, sino para conocer y meditar el mensaje de salvación apropiado a
todas las circunstancias de la vida.
El Tiempo Ordinario del año comienza con el lunes que sigue del domingo después del
6 de enero y se prolonga hasta el martes anterior a la Cuaresma; vuelve a reanudarse el
lunes después del domingo de Pentecostés y finaliza antes del Domingo Primero de Adviento.
Las fechas varían cada año, pues se toma en cuenta los calendarios antiguos que
estaban determinados por las fases lunares, sobre todo para fijar la fecha del Viernes Santo,
día de la Crucifixión de Jesús, a partir de ahí se estructura todo el año litúrgico.
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Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)