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PASCUA
Los apóstoles de Jesús comenzaron su predicación anunciando este hecho
indiscutible: Jesús de Nazaret, quien fue clavado en una cruz y sepultado
RESUCITÓ. Todo su mensaje giró en torno de esta noticia; hoy la Iglesia también
centra todo su trabajo apostólico en JESÚS RESUCITADO. A partir de esta
VERDAD, se realiza la evangelización, hace dos mil años y hasta nuestros días.
La resurrección de Jesús es el hecho más importante de toda la Historia de la
Salvación. Es un asunto fundante -en él esta fundada nuestra fe- y fundamental -
sin Resurrección sería absurda, y no tendría razón de ser nuestra fe-. Si Cristo no
hubiera resucitado, la Iglesia no podría anunciar ninguna Buena Noticia de
salvación para nadie. San Pablo lo afirma claramente: “Si Cristo no fue resucitado,
nuestra predicación ya no contiene nada ni queda nada de lo que creen ustedes…
Y… ustedes no pueden esperar nada de su fe… Pero no, Cristo resucitó de entre
los muertos…” (1Co 15, 14; 17; 20). La Resurrección de Jesús es una VERDAD, a
la que de ninguna manera debemos renunciar si nos llamamos cristianos.
Por consiguiente, el tiempo pascual es un tiempo para celebrar con gozo y
alegría profunda la resurrección y el tiempo del Señor. Es la victoria de Cristo sobre
la muerte, el odio, el pecado. Dura siete semanas; dentro de este tiempo se celebra
la Ascensión, donde regresa Cristo a la casa del Padre, para dar cuenta de su
misión cumplida y recibir del Padre el premio de su fidelidad. En Pentecostés, la
Iglesia sale y se hace misionera, llevando el mensaje de Cristo por todo el mundo.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)