XXVII Semana del Tiempo Ordinario A (Año Impar)
Intyroducción a la semana
Esta semana nos presenta pasajes de tres libros proféticos: Jonás, Malaquías y
Joel. Los tres están escritos después del exilio de Babilonia. El primero es, en
realidad, un relato ficticio, de carácter pedagógico, que pretende censurar el
excesivo nacionalismo del pueblo judío, representado en el disgusto de Jonás por
la conversión de Nínive, una ciudad que había sido cruel con Israel. Es necesario
abrirse al universalismo de Yahvé, que tiene misericordia de todos los que se
convierten, por muy alejados de él que hayan estado antes. Malaquías muestra
la compasión de Dios con todos los que le sirven, a la vez que castiga a los
malvados, que tarde o temprano tendrán su merecido aunque parezcan
prosperar por algún tiempo. A su vez, Joel habla de la venida del “día del
Seor”: aquel en que Dios emitirá un juicio definitivo sobre unos y otros.
En los evangelios hay enseñanzas variadas: la compasión que nos convierte en
prójimo del necesitado; la preferencia de la escucha de la palabra de Dios sobre
otros afanes legítimos; la oración que imita la actitud de Jesús ante el Padre y
confía ciegamente en él; la presencia poderosa de Dios en quien combate el
mal; los nuevos lazos que unen a los que ponen en práctica la palabra de Dios,
más allá de los vínculos de sangre, por profundos que éstos sean.
El santoral nos ofrece, en primer lugar, la figura de san Francisco de Asís, aquel
juglar medieval enamorado de la “pobreza y humildad de nuestro Seor
Jesucristo”, que le llev a vivir una verdadera fraternidad con todos los hombres
e incluso con todas las criaturas, suscitando miles de seguidores ya en los días
de su vida.- Se celebran las “témporas” (únicas que subsisten de los cuatro
“tiempos” de renovacin que coincidían con las estaciones del ao), días de
acción de gracias por los dones que Dios nos concede permanentemente, de
penitencia por los pecados que cometemos también con tanta frecuencia, y de
petición de ayuda en las muchas necesidades que se nos presentan al comienzo
de un nuevo período de trabajo.- La Virgen del Rosario nos recuerda la eficacia
espiritual de esta oración mariana en la historia de la piedad popular hasta hoy.
Fray Emilio García Álvarez
Convento de Santo Domingo. Caleruega (Burgos)
Con permiso de dominicos.org