¡Ay de ustedes, fariseos!
Lc 11, 42-46
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. LOS FARISEOS, PERSONIFICAN LA SOBERBIA Y SON ARROGANTES
Los fariseos son escrupulosos en las normas insignificantes, mientras desprecian cosas
esenciales. A ellos les encanta aparecer como personas irreprochables, para ser honrados
y considerados como hombres piadosos. Estos doctores de la ley, personifican la soberbia,
son arrogantes, se auto califican en sus hechos de grandiosos, magníficos, o estupendos, y
disfrutan placenteramente en la contemplación de sus cualidades propias, con menosprecio
a los demás.
2. “¡HAY QUE PRACTICAR ESTO, SIN DESCUIDAR AQUELLO.”
Jesús, constantemente censura a los fariseos, pero también los descubre, especialmente
cuando muestran una encubierta apariencia de ser hombres buenos, algo que no es natural
en ellos. Del mismo modo Jesús les reclama: “¡Hay que practicar esto, sin descuidar
aquello.”, La Ley por la letra, o por el espíritu, no tienen porque ser dos propuestas
contradictorias, al contrario estas deben unir o armonizar para lograr un fin, esto es
cumpliendo al letra, pero animadas por el espíritu.
Nosotros debemos valorar las cosas según su importancia, esto es, no despreciemos lo
pequeño por ser así, ni lo grande por ser de otra forma, concentremos nuestro esfuerzo en
lo fundamental, la justicia, el amor a Dios y nuestro prójimo.
3. JESÚS, ES INCANSABLE EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD.
La claridad para decir las cosas esta siempre presente en Jesús, aunque los ejemplos estén
en metáforas, que es un recurso habitual en todos los evangelios, o como en muchos casos
utilizando expresiones conocidas en la expresión popular, “el grano de mostaza”, o simples
analogía de relación de semejanza o de parecido entre dos o más cosas distintas, pero fin
del ejemplo, es recurrir a una cita para ilustrar o respaldar lo que se dice, de cualquier
forma, Jesús se sabe hacer entender, para que todo quede bien claro.
Jesús, es incansable en la búsqueda de la verdad. Todas las represiones que les hace a los
fariseos, buscan descubrir la maldad de estos, algo que ellos disimulaban con engañosas
apariencias de bondad.
4. NO OLVIDEMOS SER JUSTOS CON EL PRÓJIMO
Jesús siempre nos esta indicando, que es lo mas importante, “La Justicia”, es importante en
la Ley, porque para que esta tenga valor, ha de ser justa, respetuosa de los derechos de
todos, pero antes que nada, debe respetar y cumplir los de Dios, porque está por encima de
todo.
Con todo, no olvidemos ser justos con el prójimo, no pensemos solo en los deberes que
ellos deben cumplir, ellos también tienen derechos, y algunos sobre nosotros, y si somos
capaces de admitir esto, junto con los derechos de Dios, podremos pensar en que somos
justos.
5. UNA ACTITUD CON UN BUEN CORAZÓN, COMPASIVO, COMPRENSIVO
Juntos con guardar la justicia, tenemos que hacerlo con la misericordia, otro aspecto
importante para Jesús en la observancia de la Ley, esto es que nuestro prójimo, al aplicarle
la Ley, debemos ser misericordiosos, eso supone una actitud con un buen corazón,
compasivo, comprensivo y con mucha bondad, esto es para Jesús algo esencial en la Ley.
La fidelidad, es parte de la Ley, esta supone una aceptación incondicional de la Palabra de
Dios, fidelidad a la voluntad de Dios, a los Planes de Dios, y a toda misión que el Señor nos
haya encomendado.
6. "MAESTRO, CUANDO HABLAS ASÍ, NOS INSULTAS TAMBIÉN A NOSOTROS".
"Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: "Maestro, cuando hablas así, nos
insultas también a nosotros". El Señor Jesús, no se reprime, el expresa con nitidez sus
sentimientos, para poner freno a las actitudes indignas, y dice: "¡Ay de ustedes también,
porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera
con un dedo!". Aquí Jesús no pone su lenguaje de metáforas, pero del mismo modo deja al
descubierto la falta de sinceridad habitual en los fariseos.
Nuestra salvación, no pasa por saber mucho, sino en cumplir lo que se sabe, no pasa por
imponer cargas sobre los demás, sino en ayudar a los necesitados a llevar su propia carga.
7. PARA DIOS, NO TIENE IMPORTANCIA LO QUE APARENTEMOS
También recordemos que los fariseos acostumbran a las exterioridades, a las apariencias,
pero descuidan lo que es verdaderamente significativo y valedero, lo interior, el fondo del
alma. Para Dios, no tiene importancia lo que aparentemos, si no lo que verdaderamente
seamos.
Jesús les hace notar a los de ayer y al mundo de hoy, que no debemos olvidarnos de la
justicia y del amor de Dios y es algo que debemos practicar si descuidar ni el deber para
con Dios ni para con el prójimo, porque el que ama de verdad a Dios y a su prójimo es
verdaderamente justo y camina hacia la santidad.
El Señor les Bendiga