HOMILÍA DOMINGO II TIEMPO DE PASCUA. Ciclo C

 

ESCRIBAMOS PARA RECORDAR LO QUE NOS OCURRIRÁ

La resurrección de Jesús es una experiencia nueva que nos libera de la temporalidad y el espacio; es decir de la muerte y la nada para ser trasformados como Jesús. La condición es creer que el resucitado esta en uno y en los otros para tener una existencia como la de Dios. Las apariciones son el lenguaje más bello y profundo para decir que Jesús está vivo, aunque no se vea, transformándonos internamente con la misión de ir a contarle a los hermanos que Jesús resucitó.

DOS MOMENTOS DE TRASFORMACIÓN

El evangelio de hoy tiene dos momentos. El primero ocurre en la tarde del primer día de la semana, domingo primer día de los tiempos nuevos; cuando se describe el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo a los judíos, era un tiempo de muerte. El resucitado venía de la pasión, la angustia por la negación de Pedro, la traición de Judas y el abandono del resto. Venía de la noche del jueves, del mal día del viernes y el silencio del sábado. Era inesperado que el resucitado tuviera acceso a la paz perdida en los días anteriores; más aún que esa paz estuviera en sus corazones. “Enseguida sopló sobre ellos y les dijo: reciban el Espíritu Santo” (El Espíritu del resucitado que ya no vuelve a morir). Fue inesperado también que el don del Espíritu fuera entregado en orden a ser embajadores de la reconciliación universal. El segundo momento corresponde a Tomás quien confía más en su propia experiencia que en el testimonio de los demás.

Tomás por la decepción que había sufrido anteriormente no aguataba más otra herida. La decepción sube en cuanto se haya enaltecido la ilusión; y el entusiasmo de Tomás por Jesús fue tan admirable como su desánimo que le impidió el primer encuentro por no creer en relatos de terceros y encerrarse en tener información más personal y creíble del suceso de la resurrección. Con Tomás a nombre de la comunidad la fe ha llegado a su culmen: “Señor mío y Dios mío” Es la promesa de seguir viendo a Jesús de manera sacramental, diferente a las apariciones.

Los creyentes aún estaban en Jerusalén reuniéndose, como eran pocos, en los arcos de Salomón que hacían parte del templo; pero formando un grupo aparte de los judíos. Interesante que los creyentes de la resurrección se acogieran a la sabiduría de Salomón. La resurrección de Jesús se experimenta mejor en las pequeñas comunidades. “La gente llegó hasta sacar los enfermos a las calles ponerlos en catres y camillas para que, al pasar Pedro, tocara alguno, aunque solo fuera con la sombra” (primera lectura)

ESCRIBAMOS NUESTRO APOCALIPSIS.

“Escribe un libro sobre lo que veas envíalo a las siete comunidades cristianas del Asia. Escribe pues, lo que viste, lo que está sucediendo y lo que sucederá después” (segunda lectura) ¿Seríamos capaces de escribir nuestra experiencia de pascua el sábado santo y durante esta primera semana para contarle a otros lo ocurrido a nuestro egoísmo con la victoria de Jesucristo resucitado? vas a ver y envía este escrito a las siete iglesias del Asia. El que tenía la figura de hombre puso la mano sobre mí: “No temas yo soy el primero y el último. Yo soy el que vive, pues, aunque estuve muerto… tengo el poder sobre la muerte y las llaves del reino de los muertos”. Escribiendo la transformación; resurrección, que le ocurrió a Jesús estaremos haciendo memoria de lo que nos pasará a nosotros en el próximo o remoto futuro.