Muchachos…
A la gente adulta se le ha dado en pensar que a la juventud de hoy hay que
inyectarle esperanza. Hablan de los jóvenes como el futuro. No sé qué le
dejarían a la Niñez y, peor, en dónde quedarían ellos/as, la famosa tercera
edad. Hay una nueva juventud, vibrante, audaz, creativa, desafiante que asume
su responsabilidad hoy en esto de la ‘cosa nostra’.
El mundo los necesita, los reclama, apela a su inteligencia y sagacidad.
El ejemplo más sobresaliente es el de Greta Thunberg, una adolescente de 16 años, quien desde el 20 de
Agosto del 2018, se planta cada viernes ante el parlamento sueco en protesta
por el calentamiento global. Ella grita a los adultos: “Quiero que ustedes se
asusten, no quiero su esperanza. Quiero que sientan miedo con lo que hago.
Quiero que se comporten como si nuestra casa estuviese en llamas. Quiero que
actúen”.
El grito de Greta ha llegado con eco atronador a los estudiantes del
mundo entero como llama que quema conciencias. Nuestro mundo escucha:
“¡Muchachos/as! Jesús en el evangelio dice: “Muchachos, ¿han logrado algo en su
trabajo?” Y en la orilla prende fuego a la espera de respuestas sugerentes,
creadoras. Jesús asume el cansancio del esfuerzo humano y quiere transformarlo
multiplicando energías, iniciativas y esperanzas.
Pedro y sus compañeros han trabajado en la noche y solos. Se necesitaba
la luz de la Pascua para compensar sus esfuerzos y una voz de ánimo que
indicara la dirección correcta. En algún momento, Andrés dice a Jesús: “Aquí
hay un muchacho”. Y esa muchachada hoy se expresa en gritos, un clamor que
crece en descampado. ¡Cómo escucharlos, comprenderlos, dejarnos inquietar por
su dolor, su angustia, su pasión!
Cochabamba 05.05.19
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com