COMPARTIENDO EL EVANGELIO

Reflexiones de Monseñor Rubén Oscar Frassia

(Emitidas por radios de Capital y Gran Buenos Aires)

 

Solemnidad de la Santísima Trinidad

 

Evangelio según San Juan 16,12-15.

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."

 

TRINIDAD: EL AMOR QUE DA SENTIDO A TODO

 

¡Qué misterio el de la Santísima Trinidad! Misterio de comunión total, perfectísima, única, indivisible, donde el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Este misterio de Dios, de comunión, se lo puede alcanzar parcialmente por la fe y es importante entender algo de lo que es esa COMUNIDAD y esa comunión con Dios que es amor, un amor verdadero, el amor que da sentido a todos los amores en esta vida, en este mundo, en esta sociedad, en la Iglesia.

 

El Padre es el que envía, el Hijo es el enviado, que hace la voluntad del Padre en ese sacrificio -muere y resucita-, asume lo humano y lo integra a lo divino; este Hijo Resucitado asciende al Padre nos manda al Espíritu Santo, con el Padre. Y el Espíritu Santo nos enseña a descubrir en nuestra ignorancia -ante nuestra incapacidad, ante nuestros límites- la hondura y la profundidad de la vida; la hondura y la profundidad de la Palabra de Dios; la hondura y la profundidad del misterio humano, de la vida de todos los hombres; la hondura y la profundidad del universo entero, de los astros, del sol, de la luna, de las estrellas, de todo lo que significa las creaturas y lo creado.

 

La presencia del Espíritu Santo nos enseña a contemplar, a gustar lo bello, lo hermoso, lo noble. Pero ante el pecado -que tiene la pretensión de estropear, de dividir, debilitar, destruir- el amor de Dios es invencible.

 

Pidamos a esta comunión de tres Personas, que también estén presentes en cada uno de nosotros, de nuestras realidades, ¿para qué?, para que haya más amistad entre las personas, para que haya valores entre nosotros, para que vuelva a prevalecer la dignidad, para que esté presente el respeto, para que vuelva la justicia, para que vuelva la verdadera solidaridad, para que podamos vivir en serio y en verdad.

 

¡Feliz Fiesta de la Santísima Trinidad!

 

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén