COMPARTIENDO
EL EVANGELIO
Reflexiones
de Monseñor Rubén Oscar Frassia
(Emitidas
por radios de Capital y Gran Buenos Aires)
Decimoquinto
durante el año, Ciclo C
Evangelio
según San Lucas 10,25-37
Un
doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
"Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?". Jesús
le preguntó a su vez: "¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en
ella?". Él le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu
prójimo como a ti mismo". "Has respondido exactamente, le dijo Jesús;
obra así y alcanzarás la vida". Pero el doctor de la Ley, para justificar
su intervención, le hizo esta pregunta: "¿Y quién es mi prójimo?".
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: "Un hombre bajaba de
Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo,
lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el
mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un
levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al
pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo
puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de
cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del
albergue, diciéndole: 'Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al
volver'. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre
asaltado por los ladrones?". "El que tuvo compasión de él", le
respondió el doctor. Y Jesús le dijo: "Ve, y procede tú de la misma
manera".
CERCA
DE DIOS, CERCA DE LA GENTE. LEJOS DE DIOS, LEJOS DE LA GENTE
¡Qué cosa simple, pero
qué cosa concreta, es el amor de Dios en el amor al hermano! Esto es simple y
esencial a toda persona, donde uno tiene que aprender a amar al Señor, nuestro
Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerza, con todo el
espíritu y a nuestro prójimo como a uno mismo. Esto hay que vivirlo, aplicarlo,
encarnarlo, concretarlo ¡este es el tema!
Por eso uno tiene que
saber que, quien está cerca de Dios, necesariamente debe estar cerca de la gente; quien está lejos de
Dios estará lejos de la gente. Las respuestas son siempre oportunas y
concretas, son el aquí y el ahora. En el ejemplo que da Jesús -este hombre que
le robaron- pone las cosas concretas, donde el único que respondió fue el
samaritano, un extranjero; no fue el sacerdote, ni el levita, fue un samaritano
quien respondió en serio, amó en serio, se decidió a vivir en serio. “Obras son
amores y no buenas razones”, como decía Santa Teresa de Jesús.
Hay que tener obras; y
las obras son para el que está cerca, para el que está lejos, para aquel que es
amigo nuestro y también son para aquellos a quienes no conocemos o que son
adversarios nuestros. El amor no tiene límites, no tiene fronteras y siempre
tiene que ser concreto y universal.
Que aprendamos esta
lección, que lo hagamos con mucha alegría porque el único que va a reconocer
todo es Dios y si uno obra en nombre de Dios quedará anotado en el Libro de la
Vida, no importa que los hombres paguen o no paguen, reconozcan o no reconozcan;
el que paga es Dios y pagó a muy buen precio, con su propia vida.
Les dejo mi bendición:
en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén