COMPARTIENDO
EL EVANGELIO
Reflexiones
de Monseñor Rubén Oscar Frassia
(Emitidas
por radios de Capital y Gran Buenos Aires)
Decimosexto
durante el año, Ciclo C
Evangelio
según San Lucas 10,38-42.
Jesús
entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su
Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a
Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el
trabajo? Dile que me ayude". Pero el Señor le respondió: "Marta,
Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o
más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será
quitada".
HOSPITALIDAD:
RECIBIR AL OTRO COMO HUESPED Y AMIGO
Hermanos, encontramos
aquí una actitud muy importante para todos los cristianos y para los que no lo
son también: la hospitalidad, recibir al otro. Recibirlo, acogerlo, darle la
bienvenida, incorporarlo a nuestras actividades cotidianas, atenderlo, ¡es muy
importante!
Como también es
importante la síntesis, porque el Evangelio no hace una competencia entre Marta
y María. Marta hace lo suyo, trabaja mucho y atiende al huésped, pero María
hace también lo suyo, que es escucharlo al Señor; tanto es así que queda como
embelesada, muy atenta a lo que Jesús está hablando. Y en esta síntesis las dos
actitudes no se expulsan, no se separan, pero sí una tiene que prevalecer ante
la otra; la escucha es más que entregar cosas y eso nos pasa a todos. A veces
ponemos el cuerpo físicamente, pero no ponemos el espíritu ¡y es muy importante
poner el espíritu!, también el cuerpo pero primero el espíritu. “María eligió
la mejor parte y no le será quitada”; hay que tener calidad de vida y calidad
de respuesta; calidad de mirada y calidad de atención y disponibilidad.
Pidamos al Señor que nos
abra los ojos, que nos abra el corazón para poder recibir al otro como huésped,
como hermano, como amigo.
Les dejo mi bendición:
en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén