TIEMPO
ORDINARIO – DOMINGO XXII C
(1-septiembre-2019)
Jorge Humberto Peláez S.J.
La
humildad y la discreción, virtudes despreciadas pero necesarias
ü Lecturas:
o Libro
del Eclesiástico 3, 17-19. 28-29
o Carta
a los Hebreos 12, 18-19. 22-24ª
o Lucas
14, 1. 7-14
ü El
hilo conductor de la liturgia de este domingo son las virtudes de la humildad y
la sencillez, sobre las cuales prefiere no hablar la sociedad de consumo en la
que vivimos.
ü Vale
la pena recordar que Nietzsche fue un crítico muy ácido de la virtud de la
humildad, porque la consideraba un rasgo de pueblos y personas fracasados,
acostumbrados a estar sometidos. Nietzsche hizo la exaltación del superhombre y
de una raza superior, que se convirtió en la inspiración de los nazis en
Alemania y condujo al Holocausto.
ü Veamos
cuáles son las reflexiones que nos propone el libro del Eclesiástico: “Hijo
mío, si eres rico, procede con modestia y te querrán más que dando muchos
regalos. Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y así agradarás a Dios”
ü Este
texto del libro del Eclesiástico hace corto
circuito con la forma como han sido escritos los libros de historia, que
han tenido como protagonistas a los caudillos vencedores. Poco se habla de los
miles y millones de seres humanos que han sido sacrificados. Estos seres anónimos,
que en general provenían de las clases populares, hacen parte de una
estadística donde las historias personales no interesan.
ü El
libro del Eclesiástico valora a las personas sencillas que no hacen alarde de
su poder y guardan un bajo perfil. En la sociedad de consumo la tendencia
dominante es otra. Los que aparecen en los medios de comunicación son los ricos
y famosos, cuyas extravagancias son objeto de curiosidad por los usuarios de
las redes sociales; estas personas se convierten en modelos de identificación.
En Colombia, la confusión ética generada por el narcotráfico creó un ambiente
favorable para el enriquecimiento ilícito. Gozan de reconocimiento social
quienes han logrado llegar a la cima de la pirámide social y acumular grandes
fortunas. Es el triunfo del tener sobre los valores del ser.
ü El
libro del Eclesiástico, que recoge una sabiduría madurada en el oriente, tiene
unos mensajes muy potentes. ¿Qué les dice a los ricos? Los invita a tener un
estilo de vida discreto. En nuestros países es escandalosa la brecha, cada vez
más profunda, entre ricos y pobres. Por eso causa rabia la inconciencia de
algunas personas que no dudan en comprar costosos productos suntuarios y que,
al mismo tiempo, buscan evadir el pago de las prestaciones sociales de sus
empleados y no cumplir con ellos los deberes de justicia.
ü Este
discurso sobre la discreción en el estilo de vida, nos lleva a reflexionar
sobre la austeridad, que choca con la propuesta de felicidad de la sociedad
capitalista. En su encíclica sobre El Cuidado de la Casa Común, el Papa
Francisco nos invita a revisar nuestros hábitos de consumo que nos han
conducido a una sociedad del descarte, y avanzar hacia una cultura del
reciclaje, superando el modelo económico actual que nos está llevando al
abismo.
ü El
libro del Eclesiástico hace un elocuente llamado a quienes se consideran
importantes. “Cuanto más grande seas, más debes humillarte, y así agradarás a
Dios. Porque es grande el poder de Dios, pero son los humildes quienes lo
glorifican”.
ü Este
comentario del Antiguo Testamento nos recuerda que con frecuencia el poder
produce mareos y quienes lo controlan pierden el sentido de la realidad. No
podemos olvidar nuestra condición de creaturas frágiles, que tenemos la vida
prestada. Los poderosos olvidan sus límites, son arrogantes y juegan a ser
dioses.
ü En
esta profunda reflexión que provoca en nosotros el libro del Eclesiástico, hay
un motivador llamado a cultivar una actitud de escucha, que no es frecuente
entre quienes se sienten investidos de autoridad: “El sabio entiende los dichos
de los sabios; para el que sabe escuchar, la sabiduría es un placer”. Los
padres de familia, los educadores y los líderes políticos deberían meditar atentamente
estas palabras. La verdad no es una propiedad registrada ante un notario sino
una búsqueda que nunca termina. Es una construcción colectiva en la que todos
podemos aportar.
ü El
verdadero sabio sabe escuchar y continuamente está revisando sus conclusiones
para enriquecerlas con los aportes de los demás.
ü Después
de estas consideraciones estimuladas por las palabras del libro del Eclesiástico,
vayamos al Evangelio de Lucas, que registra unas agudas observaciones de Jesús,
que había sido invitado a una reunión social. Le llamó la atención el comportamiento
de aquellos que buscaban protagonismo social y querían sentarse lo más cerca
posible de la mesa principal. Conocemos a muchas personas que se sienten
personajes y actúan como tales. Cuando ejercen el poder, no permiten que surjan
nuevos líderes porque no quieren arriesgar su posición; prefieren rodearse de mediocres
que no les hacen sombra. Les cuesta muchísimo aceptar que ya no tienen el
poder, que ya no son los que toman las decisiones, y con amargura ven cómo loa
años los van deteriorando.
ü Debemos
pedir al Señor la gracia de saber ubicarnos en cada etapa de la vida, asumir
los nuevos roles y saber renunciar a los protagonismos.
ü Estos
dos textos sobre los cuales hemos meditado, el libro del Eclesiástico y el
pasaje de Lucas, son una invitación a vivir con sencillez y fomentar una
actitud humilde que no busca ocupar los primeros puestos sino servir discretamente
a los demás.