TIEMPO
ORDINARIO – DOMINGO XXIX C
(20-octubre-2019)
Jorge Humberto Peláez S.J.
Confianza
incondicional en Dios y perseverancia en la oración
ü Lecturas:
o Éxodo
17, 8-13
o II
Carta de san Pablo a Timoteo 3, 14 — 4, 2
o Lucas
18, 1-8
ü En
las lecturas de este domingo, encontramos un inspirador mensaje sobre la
confianza en Dios, la cual se alimenta y fortalece a través de una oración que
persevera, a pesar de las condiciones cambiantes de nuestro estado de ánimo.
Este marco teológico que encuadra las lecturas de hoy queda dibujado en el
salmo 120 que acabamos de recitar:
o El
salmista expresa sus sentimientos: “Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me
vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la
tierra”.
o La
asamblea de los fieles se une a las palabras del salmista respondiendo: “El
auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra”.
ü Este
es el clima espiritual en el que se desarrolla la liturgia de este domingo.
Ahora podemos reflexionar sobre las experiencias vividas por los diferentes
personajes que aparecen en los textos: Moisés, Timoteo y Jesús, con su parábola
del juez injusto y la viuda insistente.
ü ¿Qué
encontramos en el libro del Éxodo? Los israelitas van a luchar contra los
amalecitas, y Moisés invoca la ayuda de Yahvé para que los resultados de la
batalla les sean favorables. Las instrucciones que da Moisés son sencillas y
breves; le dice a Josué: “Escoge unos cuantos hombres y sal a pelear contra los
amalecitas. Mañana yo me colocaré en la cumbre con la vara de Dios en la mano”.
Las instrucciones de Moisés combinan sabiamente los medios humanos y el poder
de Dios.
ü Es
muy interesante observar con detenimiento la escena que se desarrolla en la
cima del monte. Leamos el texto: “Moisés, Aarón y Hur subieron a la cumbre del
monte. Y mientras Moisés tenía el brazo levantado, vencía Israel, pero cuando
lo bajaba, vencía Amalec. Y como a Moisés se le cansaban los brazos, buscaron
una piedra para que se sentara en ella, y Aarón y Hur, uno a cada lado, le
sostenían los brazos. Así pudo tener los brazos levantados hasta que se ocultó
el sol. Y Josué derrotó al ejército de Amalec”.
ü Detengámonos
a analizar el significado del cansancio
de Moisés. Bajar los brazos significaba disminuir el ritmo de su oración.
Podemos, entonces, interpretar el cansancio de Moisés en su oración como un
símbolo del cansancio y desánimo que muchas veces afectan nuestra vida
interior. Con frecuencia, descuidamos la participación en la misa dominical, prescindimos
del ofrecimiento de obras al comenzar el día y la acción de gracias al terminar
la jornada. Poco a poco nos vamos distanciando de Dios. Unas veces por
cansancio, otras por desánimo y desesperanza.
ü Es
muy sugestiva la presencia de Aarón y Hur junto a Moisés para ayudarle a tener
sus brazos en alto. ¿Qué nos dice esta escena? Solos no podemos. Solos
sucumbimos al cansancio. Necesitamos el apoyo de los demás para perseverar
hasta el fin. Este relato del libro del Éxodo es un testimonio de lo que alcanza
la confianza incondicional en Dios que se nutre de una oración que persevera en
medio de las dificultades.
ü Pasemos
ahora a la II Carta de san Pablo a Timoteo. En ella, el maestro motiva a su
discípulo a que siga avanzando por el camino del Señor: “Tú debes permanecer
fiel a las enseñanzas que recibiste y a tus convicciones”. Y luego le da unas
instrucciones muy precisas para su trabajo como anunciador del Evangelio, las
cuales son fruto de la experiencia del apóstol:
o La
primera instrucción se refiere al contenido
del mensaje que debe transmitir: “Predica la Palabra de Dios”. Es la mayor responsabilidad
de un evangelizador. No se trata de proponer y debatir nuestras ideas
particulares sobre temas diversos, sino de facilitar que el Pueblo de Dios
conozca la Palabra de salvación y pueda conectarla con las situaciones de la
vida diaria.
o La
segunda instrucción se refiere a la
cercanía pastoral: “Hazte presente a tiempo y a destiempo”. Las relaciones
entre el pastor y su comunidad no pueden tener un sabor burocrático y puramente
funcional. El pastor deber compartir los gozos y esperanzas, las luchas y preocupaciones
de su comunidad. El Papa Francisco lo dijo en unas palabras que nunca
olvidaremos: “El pastor debe oler a oveja”.
o La
tercera instrucción tiene que ver
con la flexibilidad que hay que tener en el trabajo pastoral, ya que debe estar
atento a las diversas situaciones y necesidades de la gente; por lo tanto, la
pedagogía pastoral debe tener en cuenta el contexto. Ignacio de Loyola hablaba
de los ajustes que hay que hacer teniendo en cuenta personas, tiempos y
lugares. Timoteo es un inspirador modelo de evangelizador con un modo de vida absolutamente
centrado en Jesucristo, que se nutría de la lectura y meditación de la Palabra
de Dios, y con una gran sensibilidad para identificar las necesidades de la
comunidad y dar una respuesta modulada pedagógicamente.
ü Sigamos
repasando las lecturas de este domingo. El evangelista Lucas recapitula una
parábola de Jesús sobre la importancia de perseverar en la oración. Para comunicar
este mensaje de manera que la gente entendiera el alcance teológico que quería
darle, elabora un relato en el que aparecen dos personajes: un juez injusto y una
viuda insistente. La perseverancia de la viuda le permitió doblegar la insensibilidad
y mala conciencia del juez. Jesús mismo explica la enseñanza de esta sencilla y
expresiva parábola: “¿Creen que Dios no saldrá en defensa de sus escogidos
cuando clamen a Él día y noche? ¿Creen que los dejará esperando?”
ü Que
esta eucaristía dominical nos ayude a fortalecer nuestra confianza en
Jesucristo, nuestro Señor y Salvador, que nos dio la mayor muestra de amor al
entregar su vida por nuestra redención. Sigamos avanzando por un camino
espiritual que persevera en la oración a pesar del cansancio y del pesimismo
que con frecuencia se apoderan de nosotros.