XXX
Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Con
los humillados y con humildad
Dios a favor de los humillados
Mediante este título se puede resumir uno de los
mensajes más importantes de la palabra de Dios de este domingo: “Con los
humillados y con humildad”. Y es que esto es lo que expresa el libro del
Eclesiástico cuando dice que Dios, en el ejercicio de su
justicia, está siempre a
favor de los humillados, de los oprimidos y de pobres: “El Señor no es
parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido” (Eclo 35,15-22). Y esto es también lo que pide el Evangelio
de la parábola del fariseo y el publicano (Lc
18,9-14) cuando Jesús exalta la actitud de gran
humildad de este último, arrepentido de su condición de pecador.
Los obispos de Bolivia ante el fraude electoral
Y con el mismo encabezamiento podríamos calificar el
posicionamiento de los obispos
de Bolivia ante el fraude electoral que ha tenido lugar en las
elecciones del pasado domingo, 20 de Octubre, por parte del poder ejecutivo
vigente. Con los humillados
y con humildad, pero con la firmeza
paulina de mantener siempre la fe y de combatir bien el combate,
anunciando íntegro el mensaje del Evangelio (cfr. 2 Tim 4,6-8.16-18), se han
pronunciado tres veces en esta semana los obispos, alentando al pueblo en la
situación crítica que Bolivia está viviendo, debido a la fractura social que se
ha generado por las fechorías antidemocráticas reiteradas por los que ostentan
el poder, un pueblo que ha entrado en una fase muy arriesgada de paro cívico y
pacífico indefinido ante tanta extorsión de sus libertades.
Fuerte preocupación de la Conferencia Episcopal
El primer comunicado del consejo permanente de la
conferencia episcopal de Bolivia exhortaba a las autoridades del Tribunal
Supremo Electoral a cumplir con su deber de árbitro imparcial del proceso
electoral. Los obispos percibían indicios
de fraude en los datos transmitidos, al constatar, sobre todo, la
sospechosa interrupción del recuento provisional de votos en la noche
postelectoral, junto a denuncias e imágenes de hechos, que se sitúan al margen
del respeto a la legalidad. Por eso se adhirieron a la “fuerte preocupación y sorpresa” de
la OEA en su declaración, denunciando “el
cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los
resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas”. También
llamaban a los observadores internacionales a cumplir su misión de vigilar la
transparencia del proceso electoral y exigían conocer con toda verdad y
transparencia el resultado de las elecciones. Los obispos indicaban que
cualquier otro camino agravaría la crisis de credibilidad y podría generar focos
de violencia. Finalmente subrayaban la clara vocación democrática y el
comportamiento ejemplar del pueblo boliviano en los comicios y terminaban con
una llamada a la paz y a la serenidad.
Los obispos bolivianos en el Sínodo, preocupados por la
paz
En la misma línea se pronunciaban los obispos bolivianos presentes
en el Sínodo de la
Amazonía, que tiene lugar en Roma, los cuales mostraban su
preocupación por los brotes de violencia, hacían una llamada a la paz y
expresaban su deseo de que con la segunda vuelta en elecciones se
lograse el clima de paz que merece la ciudadanía.
La segunda vuelta electoral como salida pacífica y democrática
Y por último, la comisión permanente de la Conferencia Episcopal
Boliviana, ante la situación última de enconamiento de las posiciones a favor y
en contra de los que perpetraron el fraude electoral, el día 23 de Octubre,
emitió un nuevo pronunciamiento, “por
una salida pacífica y democrática”, en el cual si hacía una llamada
hacia una salida pacífica de
la crisis política actual, se mostraba preocupación por una confrontación entre
bolivianos que podría desencadenar saldos lamentables y se apelaba a las
“autoridades y líderes que detentan poder de decisión a viabilizar una salida
pacífica y concertada por el bien común de nuestro pueblo” y al igual que la OEA y la Unión Europea concluía
apuntando a una segunda
vuelta electoral para elegir entre los dos líderes con mayoría de
votos, con una supervisión imparcial, como la mejor salida democrática.
Mensajeros del evangelio, con los humillados y con
humildad
Así pues, con los humillados y con humildad debemos
mirar a Bolivia y a otros lugares del mundo donde se atenta contra los derechos
humanos y contra la vida humana, particularmente entre los pobres. Hoy oímos un
mensaje contundente del libro del Eclesiástico
(Eclo 35,15-22): “El Señor no es parcial contra el
pobre, escucha las súplicas del oprimido”. Y otro en el Evangelio de Lucas: “El que se humilla será enaltecido”
(Lc 18,14b). Estos mensajes son los que
debemos anunciar como mensajeros del Evangelio.
El estado de humillación y la virtud de la humildad
“El que se humilla” puede
hacer referencia tanto al
estado de humillación y de extorsión en que se encuentran muchas
personas, como la inmensa mayoría de los bolivianos hoy, como a la virtud de la humildad, en
cuanto comportamiento adecuado a la voluntad de Dios en la vida religiosa y
social. Tanto los unos como los otros son escuchados por Dios en la oración
para ser rehabilitados por él, que es un Dios justo y, en su justicia, no es
parcial contra el pobre ni contra el humilde. De
la oración de los pobres se ocupa el texto del Eclesiástico revelando
que las súplicas de los oprimidos y los gritos de los pobres alcanzan a Dios,
el cual no desoye los gritos del huérfano ni de la viuda, mostrando así su justicia.
Los humildes en el centro de atención del Evangelio
El texto evangélico de este domingo nos da, además, otra lección magistral de Jesús acerca
de la oración, como
relación viva del hombre con Dios en la
verdad. Jesús se dirige hacia Jerusalén e instruye a sus discípulos y al
mundo con un mensaje sobre la oración cuya síntesis se encuentra en la
sentencia final del evangelio: “Todo
el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido” (Lc 18,14b). Esta sentencia aparece otras dos veces en
los evangelios (Lc 14,11; Mt 23,12) y con una
variante aplicada a los niños en Mt 18,4. La frase se ha convertido en
proverbio gracias a su perfecta composición literaria, pues se trata de un
paralelismo antitético en forma quiástica, cuyo
centro de atención lo ocupan los humildes.
“El que se humilla será enaltecido”
La parábola evangélica del fariseo y el publicano (Lc 18,9-14) trata la cuestión con la cual se ilustra de
modo formidable el aforismo final, de modo que antes de llegar a la conclusión
ya se percibe el mensaje de Jesús: el
que se humilla será enaltecido. Ante Dios y ante los demás no valen las
apariencias, ni las comparaciones con los otros, sino la más profunda verdad de
cada uno. Y ahí es precisamente donde el
publicano, a pesar de su mala conducta, como estafador, corrupto o ladrón,
se encuentra personalmente pidiendo
misericordia y perdón. Por eso su oración le valió la rehabilitación
de parte de Dios y también su oración fue escuchada en virtud de su humildad.
“Pedir perdón” también en el ejercicio de la política
Esta lección es válida para todos, pues ante Dios hasta el más rico y poderoso sigue
siendo una criatura necesitada de Dios y de su salvación. El paso necesario que
debe dar todo ser humano, especialmente el poderoso y el rico, para ser
escuchado por Dios es el de la humildad.
El publicano era una persona pública, que se enriquecía aprovechándose del
dinero de los demás, en un sistema económico y político que se lo permitía. Su
redención empieza al tomar conciencia ante Dios de su miseria moral y de su
conducta injusta y corrupta. Ahí empieza su salvación. Y el elogio de su
conducta, por parte de Jesús, no es por lo que había hecho antes, sino por lo
que a partir de este momento nuevo ha empezado a hacer: pedir perdón. Este paso de
pedir perdón es necesario también en política.
Predicar el Evangelio, como San Pablo, con humildad y
con firmeza
Predicar este Evangelio con humildad y con firmeza es
dar la posibilidad a todos de encontrar el camino de la salvación. Esto es lo
que han hecho, mediante sus tres comunicados, los obispos
de Bolivia, al pronunciarse en nombre de Dios y de su pueblo, pidiendo la verdad y la
transparencia en el ejercicio de una democracia amenazada nuevamente
por el fraude electoral, clamando
por la libertad frente al mal y a la injusticia que lleva consigo toda
tiranía, y reclamando sólo
métodos pacíficos y no violentos en las manifestaciones de la
resistencia contra quien se erige en dueño y señor que quebranta incluso las
mismas leyes que él había establecido.
Oremos por todos los políticos de Bolivia
Si los que humillan a los demás, conculcando sus
derechos y libertades, toman conciencia de su miseria moral y piden perdón,
como el publicano del Evangelio, empezará para ellos también el camino de la
redención que les conducirá a ser coherentes con la justicia de Dios que
escucha siempre a los pobres y a los oprimidos. Recemos, por
tanto, para que también
todos los políticos y dirigentes de Bolivia, los déspotas que abusan
de su poder, los dictadores que doblegan la voluntad popular y los tiranos que
extorsionan la libertad de las personas, sean
más humildes y atiendan, con
su servicio, a los más humillados y abatidos, y conduzcan a los bolivianos por
los senderos de la paz, de la justicia y de la libertad.
José Cervantes Gabarrón, sacerdote
misionero y profesor de Sagrada Escritura