TRIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

                                   (Año Impar. Ciclo C)

Lecturas bíblicas:

Abrimos nuestra Biblia y buscamos:

 a.- 2 Mac. 6,1; 7,1-2. 9-14: El rey del universo nos resucitará para una vida eterna.

b.- 2 Tes. 2, 16-3,5: El Señor les fuerzas para toda obra buena.

c.- Lc. 20, 27-38: La resurrección de los muertos.

 Esquema

1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore en nosotros: Ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu. Y todas cosas serán creadas. Oh Dios que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo haznos dóciles a tus inspiraciones para que gustemos el bien y gocemos siempre de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana. Perdón Señor….

3.- Oración colecta: Dios omnipotente y misericordioso, aparte de nosotros todos los males, para que bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos cumplir tu voluntad. Por nuestro Señor.

4.- Lectio divina:

a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo domingo.

c.- “Se acercaron algunos de los saduceos, los que sostienen que no hay resurrección…” (Lc. 20,27ss).

La respuesta de Jesús a los saduceos, que no creían en la resurrección de los muertos, es contraria, al grupo de los fariseos, que sí creían en ella como ÉL (cfr. Hch.4,1s; 23, 6s). Los saduceos aceptaban como norma sólo el Pentateuco, y no la tradición oral, o tradición de los mayores. Los saduceos, grupo aristocrático, político y religioso, pertenecían a las familias ricas y a las familias sacerdotales; no se ganaron el favor del pueblo sencillo. Los rabinos habían tratado, a través del tiempo, de fundamentar la idea de la resurrección, con pasajes de la Escritura (cfr. Ex. 6, 4; 15,1; Nm. 15,31; 18,28; Dt. 31, 16). Se acercan los saduceos, le llaman Maestro, pero ese saludo no siempre es sincero, no indica necesariamente buena disposición interior. Quieren ridiculizar a Jesús y la enseñanza sobre la resurrección. La pregunta que le formulan tiene que ver con la Ley del Levirato (cfr. Dt. 25,5). Siete hermanos tuvieron la misma mujer en matrimonio, en la otra vida, de ¿quién será mujer o esposa? (v.33); la exageración hace absurda la pregunta, y por otro lado, establece, que la vida eterna sería igual a la actual. Jesús comparte la idea con los fariseos y con el pueblo, en el tema que hay una resurrección de los muertos.  La respuesta del Maestro, deja en claro que la ley de Moisés no cuenta con la resurrección de los muertos. Ahora la clave está en Jesús y su palabra. La vida eterna, no es igual a lo de aquí; sólo aquí hombres y mujeres se pueden casar. Los hijos de este mundo están sujetos al pecado, la injusticia, las tribulaciones, en definitiva, a la caducidad; en cambio, los hijos de Dios, por su gracia recibirán vida eterna y resurrección de los muertos (cfr. Mt.12,32; 16,8; 20,34; Mc.10,30; Lc.18,30). Los que alcancen la vida eterna, con lo cual, advierte que no todos llegan allá (cfr. Rm. 5, 29); en el cielo no se desposarán, porque serán hijos de Dios, son como hermanos; no tienen hijos, porque tampoco mueren. Serán como ángeles, hijos de Dios, hijos de la Resurrección (cfr.Job.1,6; 2,1; Hch.12,7; Rom.8,18; 1Cor.15,44; 15,42s). La procreación de los hombres, es lo que da sentido al matrimonio entre hombre y mujer (cfr. Gn.1,28). Cuando los hombres sean inmortales, no habrá necesidad del matrimonio. La argumentación de los saduceos se desvanece: el matrimonio se acaba con esta vida. Los resucitados tienen el poder de no volver a morir. La resurrección, no es sólo inmortalidad del alma, sino del hombre todo, seremos transformados, viviremos en cuerpo y alma en el reino de Dios (cfr.1Cor.15, 52; 2Tes.1,5)

- “Él no es de Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos viven” (Lc. 20, 37-38).

También Jesús recurre a la Escritura como ellos: la zarza ardiente que no se consume, es donde Moisés, descubre a Yahvé, como al que habían venerado los Patriarcas (cfr. Dt. 12,2; Ex.3,2-6). Enseña que Dios, es Dios de seres vivos, y no de muertos, puesto que cuenta, con que sus oyentes creen que los Patriarcas están vivos   junto a Dios, ya que quien se relaciona con Dios, tiene como destino, la resurrección. Jesús profundiza esta realidad desde la Escritura, quiere decir que si el Dios de los Patriarcas, es porque le siguen venerando como Dios Omnipotente. Viven, por tanto, pues de lo contrario, no podrían venerarlo. Dios es Dios de los vivos, porque para ÉL, todos viven, son hijos de la resurrección. El que ha muerto, vive en Dios, el hombre vive para Dios está destinado a servir y glorificar a Dios. Si Dios lo llamó a la vida, es porque quiere que viva con ÉL para siempre. Para Dios todos viven; viven porque para ÉL existen. Vive quien vive para Dios. Los escribas, alaban la respuesta de Jesús: “Maestro, has hablado bien” (v.39), puesto que ellos creían en la Resurrección (cfr. Hch. 23, 6-7). Jesús es el Maestro que argumenta bien desde la Escritura. No preguntarle nada más a Jesús por parte de los saduceos, quiere significar, que con su inteligencia Jesús acalló el sarcasmo de los saduceos, y aumentó su fama como Maestro. Los doctores de la ley, reconocen la sabiduría de su enseñanza. Jesús es un Maestro ante el que se inclinan, otros maestros. De ÉL, tiene la Iglesia sobre la resurrección de los muertos. Se presenta como el Maestro del pueblo y de la Iglesia. Esta doctrina, distingue entre cristianos y saduceos, creyentes y gentiles, la predicación del kerigma, es anuncio de la muerte y resurrección de Cristo (cfr. Hch.17, 18). La muerte de los hombres, ahora debe interpretarse desde la Pascua de Cristo, si creemos en la resurrección, es porque Cristo resucitó. Como Iglesia, su Cuerpo, estamos llamados a participar de su misma gloria en la vida eterna.

b.-  Meditación. ¿Qué me dice?  ¿Qué palabra o hecho de este evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu elección.

- “Son hijos de Dios, por ser hijos de la resurrección…” (v.36).   Dios es Vida y por tanto, para darla, comunicarla y quien la recibe tiene la misma misión, compartir la vida, entregarla, darla, por ello es un Dios de vivos y no de muertos. El Dios bíblicos de Abraham, Moisés, Elías, Jesús…

- “No es un Dios de muertos, sino de vivos…” (v.38). Me dice que la vida eterna va consistir en contemplar a Dios, meta de la fe, esperanza y caridad. 

- Otros testimonios…

c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor Jesús a propósito de este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu oración personal.

- “Los hijos de este mundo toman mujer o marido” (v.34). Señor Jesús te pedimos por los matrimonios cristianos para que vivan su alianza contigo hasta la vida eterna. Te lo pedimos Señor.

- “Moisés llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob, es un Dios de vivos” (vv.37-38). Señor Jesús que nos diste vida con tu muerte y resurrección, haz que podamos contemplar tú Rostro en la eternidad, te lo pedimos Señor.

- Otras oraciones…

d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este evangelio?

Compromiso. Fortalecer la vida hijo de la resurrección.

5.- Relectura bíblica que hace S. Teresa de Jesús nos anima a vivir una fe dinámica y eclesial.

Teresa de Jesús desde pequeña quiso alcanzar la vida de los santos en el cielo, hombres y mujeres que pasaron por este mundo, haciendo el bien cuya herencia es la bienaventuranza eterna. “Considerando lo que gozan los bienaventurados, nos alegramos y procuramos alcanzar lo que ellos gozan” (1Morada 1, 3).

6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, por darnos la vida en Cristo, te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, desde todos nuestros padres, parientes, amigos y bienhechores que ya están contigo, desde ellos y con ellos, te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre desde todos los matrimonios cristianos y que han perseverado hasta el final en su proyecto de vida, desde ellos y con ellos, te alabamos Señor.

- Te alabamos Padre, desde los que tienen dudas de fe, sobre la vida después de la muerte, o no creen en ella, desde ellos y con ellos te alabamos Señor.

- Otras alabanzas…

7.- Preces: Oramos Padre… Te rogamos óyenos.

- Te pedimos Padre, por la Iglesia comunicadora de la vida por medio de la Palabra y la Eucaristía, te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre,  para que la esperanza de la vida eterna mueva nuestra vida a mayor compromiso con la vida nuestra y del prójimo. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por los matrimonios y familias para que vivan su proyecto de vida con capacidad de amoroso sacrificio y entrega generosa. Te lo pedimos Señor.

- Te pedimos Padre, por los niños y jóvenes y sacerdotes y religiosos, para que sea la esperanza teologal la que guie sus vidas y sean comunicadores de vida nueva. Te lo pedimos Señor.

- Otras preces…

8.- Padre Nuestro

9.- Abrazo de la paz

10.- Bendición final.

“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y abriros contemplando” (S. Juan de la Cruz). www.carmelitasviña.cl.

P. Julio González C.

Pastoral de Espiritualidad.