DOMINGO XXXIV TIEMPO ORDINARIO CRISTO REY DEL
UNIVERSO - CICLO C
El don del arte
religioso en los artistas tiene desde el concilio vaticano II una deuda, dar
razón de Jesucristo, Hijo del Hombre, Rey desde la Cruz para que sepamos asumir
las nuestras. Superando las imágenes del Cristo-Rey de la cristiandad que está
de pie sobre el mundo signo de poder mas no de amor y servicio como es la cruz
gloriosa del Señor Resucitado. Así el don del artista se convierte en un
carisma porque cualifica la fe y da razón de la esperanza en el
Crucificado-Resucitado.
NO NOS BAJEMOS DE NUESTRAS CRUCES
Dentro de poco
en Navidad oiremos de nuevo el anuncio del ángel: “Hoy os ha nacido un
salvador”, y en la sinagoga de Nazaret “hoy se ha cumplido esta Escritura”.
Para los creyentes el reino de Dios es hoy porque ya está realizado con la victoria
de la muerte y resurrección de Jesús, Tenemos en nuestro interior por el
bautismo el Espíritu del resucitado luchando con la muerte y los signos de la
muerte que son nuestras cruces. La lucha es interior, expresada con signos
exteriores como la conversión y la paz. La razón nos la confirma Pablo: “Somos
resucitados en Cristo”: “Así, Él es anterior a todo y todo encuentra en Él su
consistencia. Así también Él es la cabeza del cuerpo, la cabeza de la Iglesia.
Cristo es el principio, y para tener la primicia de todo, Él es el primogénito
de todos los resucitados. Porque Dios quiso depositar en Él todos sus dones y
reconciliar con Él y por Él todos los seres, restableciendo la paz en la tierra
y en el cielo con su sangre derramada en la cruz (segunda lectura)
BÁJATE DE ESA CRUZ.
Quienes
conocieron a Jesús haciendo milagros, humanizando la vida de la gente, y
haciendo más digna la vida de los pobres de la Galilea, ¡no entienden como
ahora se encuentra clavado en una cruz! Piensan que es mejor ser rey al estilo
de David así hubiera terminado mal pero no crucificado.
La gente hoy
tiene una perspectiva de triunfo sin cruz “el llamado es el mismo que le
dijeron a Jesús: “Bájate de esa cruz” con objetivos distintos la cruz del
matrimonio, no traer al mundo hijos a sufrir, preferir el lucro fácil sin ética
o moral, suplantar el trabajo honrado por la corrupción o abandonar el estudio
por falta de estímulos. La propuesta ofrecida por Jesús desde la cruz no
consiste en bajarse de ella sino a imagen de Él asumir nuestras propias cruces
para transformarlas, de lo contrario nos vamos a morir murmurando, rechazando,
y lo peor resignados para siempre con nuestras cruces. “Si alguno quiere venir
en pos de mi tome su cruz, (no la de Jesús como hacemos en semana santa), y
sígame”. Por la actitud de Jesús con nuestras cruces, lo podemos llamar “Rey
del Universo”
Pablo nos
responde en la segunda lectura: “porque Dios quiso que en Cristo habitara toda
plenitud y por la cruz quiso reconciliarnos, de todos nuestros egoísmos, para
darnos la paz por medio de su sangre en la cruz”, “por el amor que tengo a mis
hermanos, voy a decir: la paz contigo y por la casa del Señor, mi Dios, pediré
para ti todos los bienes” (Sal 121).