ADVIENTO
– DOMINGO II A
(8-diciembre-2019)
Jorge Humberto Peláez S.J.
Un
ideal de convivencia al que podemos aspirar
ü Lecturas:
o Profeta
Isaías 11, 1-10
o Carta
de san Pablo a los Romanos 15, 4-9
o Mateo
3, 1-12
ü En
este día, 8 de diciembre, convergen dos celebraciones litúrgicas muy importantes:
Por una parte, los textos del II domingo de Adviento; y la fiesta de la
Inmaculada Concepción, que está profundamente arraigada en el pueblo cristiano.
Siguiendo una antigua tradición, la víspera de la Inmaculada, los fieles católicos
iluminan sus hogares con velas y luces de colores en homenaje a la Virgen. La noche de las velitas, que es la forma
como la gente se refiere a esta costumbre, es un lugar de encuentro de las familias
y los vecinos, y es el comienzo de las celebraciones navideñas.
ü ¿Cómo
se resuelve este empate técnico entre
las dos celebraciones? La Iglesia da la prioridad a los textos de la liturgia
de Adviento, y el día de mañana, 9 de diciembre, se celebra la misa de la
Inmaculada Concepción.
ü Cada
una de las lecturas proporciona elementos muy profundos para nuestra
meditación:
o El
profeta Isaías describe los tiempos mesiánicos, cuando se hará presente ese
descendiente de la casa de David que inaugurará un orden nuevo. Para los
bautizados, la plenitud de los tiempos se alcanza con la encarnación del Hijo
eterno de Dios, que asume nuestra condición humana. Este ideal de los tiempos
mesiánicos, descrito por el profeta, es una legítima aspiración de los seres humanos.
¿Por qué no poner todos los medios para que la convivencia entre los contrarios
sea una realidad?
o El
Salmo 71 expresa los anhelos de la comunidad, que se expresan en una oración:
“Que en nuestros días florezcan la paz y la justicia”.
o San
Pablo hace referencia a una virtud teologal, la esperanza, que brilla de una manera particularmente intensa en
este tiempo litúrgico, y que está llamada a tener un profundo impacto en la
vida diaria: “Mantengamos firme la esperanza”.
o El
evangelista Mateo nos invita a escuchar el llamado a la conversión que hace
Juan Bautista, como preparación para la venida del Señor.
ü Como
podemos intuirlo, cada una de las lecturas de este domingo es una rica veta teológica
que nos ofrece material para muchas meditaciones. Empecemos, pues, con el profeta Isaías, quien describe
las profundas transformaciones de los tiempos mesiánicos. Una lectura cuidadosa
de este relato nos permite identificar tres grandes tópicos: la vida interior
de ese Mesías, la forma como ejercerá su misión y las increíbles transformaciones
que se lograrán. Todo esto es expresado en un delicado lenguaje que anticipa el
futuro y que está inspirado en imágenes del mundo natural:
o ¿Cómo
es la vida interior de ese personaje? “Sobre Él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de prudencia y valentía, espíritu
de conocimiento y temor del Señor”. Las expresiones utilizadas en este texto hacen
que, inevitablemente, pensemos en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo se hizo
presente en la Iglesia Apostólica y los transformó. Ese regalo de Pentecostés
sigue acompañando a la Iglesia, y cada uno de los bautizados hemos recibido los
dones del Espíritu Santo. Dejemos que el Espíritu actúe en nosotros. No impidamos
su acción.
o ¿Cómo
ejercerá su misión el Enviado de Dios? “No juzgará por apariencias, ni dictará sentencia
basado en rumores. Hará justicia a los débiles y defenderá los derechos de los
pobres”. Estas palabras del profeta Isaías se hacen realidad en el Reino que instaura
Jesucristo, donde la justicia y el amor están en el centro.
o ¿Cómo
serán las transformaciones que se darán en medio de la comunidad? A través de imágenes,
tomadas del reino animal, se describe la convivencia armónica entre seres que
han estado enfrentados desde siempre: “Así podrán vivir en paz el lobo y el
cordero, y echarse juntos el tigre y el cabrito. El ternero crecerá junto al
león, y se dejarán guiar por un niño”. Se trata de una escena de convivencia que
nos parece imposible, pero que es alcanzable si los seres humanos nos lo proponemos.
En los eventos realizados por la Comisión de la Verdad, que es un mecanismo
establecido en los Acuerdos de cesación del conflicto firmados con las FARC, se
han dado estos encuentros que eran impensables hace unos pocos años. Víctimas y
victimarios se han mirado a los ojos, han podido expresar sus dolores y han mostrado
que es posible reconciliarse. Estos encuentros han sido la realización del
ideal propuesto por Isaías, donde pueden encontrarse los contrarios. Es posible
hacer realidad ese ideal, si hay una voluntad firme de dejar atrás la horrible noche
de la violencia y los odios entre hermanos.
ü El
Salmo 71 expresa un sentimiento que compartimos millones de colombianos; en
este tiempo de Navidad oramos, junto al pesebre, “que en nuestros días
florezcan la paz y la justicia”. Las nuevas generaciones no quieren seguir
repitiendo el mismo guion de enfrentamientos y violencia escrito por las generaciones
anteriores. Quieren una profunda transformación de la cultura política y que
surjan nuevos líderes que no estén contaminados por los prejuicios,
ü El
Apóstol Pablo, en su Carta a los Romanos, nos hace una exhortación que adquiere
una resonancia especial en este tiempo de Adviento: “Mantengamos firmes la
esperanza”. En este periodo de preparación para conmemorar el nacimiento de
Jesús, pidamos la gracia de dejar atrás las conversaciones pesimistas que nos
tienen intoxicados. El anuncio que proclama Jesús desde el pesebre es de
liberación, superación de las cadenas que nos impiden avanzar. Seamos heraldos
de esperanza.
ü En
este recorrido por los textos bíblicos que nos propone este II domingo de
Adviento, llegamos a la página del evangelista Mateo en la que Juan Bautista ejerce
su ministerio. Juan es un personaje excepcional, que tuvo un gran influjo entre
sus contemporáneos por el vigor de su mensaje y por su testimonio de vida. Su
misión fue preparar el terreno para la inminente llegada del Mesías. Su mensaje
estaba centrado en la conversión del corazón. En el cumplimento de su misión, nunca
pretendió ser políticamente correcto. Por eso se enfrentó al rey, lo que le costaría
la vida, y denunció a los fariseos y saduceos que se habían camuflado entre sus
seguidores para recibir el bautismo: “Camada de víboras, ¿quién dijo que iban a
escapar del castigo que está por llegar? Muestren con las obras que su conversión
es sincera”.
ü Es
hora de terminar nuestra meditación dominical. Los textos del Antiguo y del
Nuevo Testamento nos han descubierto vetas teológicas de gran riqueza.
Favorezcamos un clima de recogimiento para prepararnos para las fiestas de la
Navidad.