SOLO DIOS
Domingo
1º de Cuaresma. A
“Al Señor tu Dios, adorarás, y a él solo darás culto”
(Mt 4,11)
Señor Jesús, en
nuesto ambiente pocos se presentan como
abiertamete ateos. Pero con frecuencia nos encontramos con algunas personas que
afirman haber perdido la fe. Se dice que muchos viven “como si Dios no
existiera”.
Conocemos el
origen de esa frase. Con ella se quería afirmar en otro tiempo el valor de la
razón y la necesidad de comportarse con rectitud, aun apoyándose tan solo en la
dignidad de la persona.
Ahora esa frase
ha venido a afirmar la madurez humana y su autonomía. Se dice que el hombre
puede y debe salir de su infantilismo y llegar a la mayoría de edad. Puede y
debe actuar como si Dios no existiera.
Comprendemos esas
convicciones, pero nos preguntamos si de verdad se aceptan cada día. Tú nos exhortabas
a no juzgar a nadie, así que he de limitarme a examinarme a mí mismo.
¿Es verdad que he
llegado a esa madurez que debería facilitarme el tomar decisiones serias, con
independencia de esas orientaciones que uno esperaría recibir de la divinidad?
¿No estaré yo
prestando pleitesía a otras divinidades, más o menos ocultas? ¿No será que digo
adorar a un único Dios cuando en realidad estoy postrándome ante otros ídolos?
Seguramente Raquel
ya había aceptado al Dios de su esposo Jacob. Pero, a la hora de abandonar el
territorio y las costumbres de su padre, se llevó consigo los dioses familiares.
Hoy adoramos los
objetos de los que esperamos la felicidad. Adoramos a los ídolos de la imagen o
de la canción. Adoramos nuestra propia tierra y su cultura. Adoramos un
proyecto político, una formación deportiva o una ideología dominante.
Pero ante las
tentaciones del maligno, tú te limitaste a repetir la vibrante profecía que se encontraba
ya en los libros sagrados: “Al Señor tu Dios, adorarás, y a él solo darás culto”.
Esa era ya tu palabra. Ese era tu mensaje. Que ese pueda ser también
el programa de mi vida. Amén.
José-Román
Flecha Andrés