Corazón “a retazos”
No solamente está fragmentada nuestra sociedad. Es un dato de la ciencia,
de la experiencia. También está dividido, partido el ser humano. Esta es una
novedad de la psicología y de nuestras vivencias. Lo vivimos en todo momento. Nuestro
ser está hecho trizas, el corazón destila amargura y ansiedad. Un mundo con tantas posibilidades,
pero tan mezquino. Perdimos el norte, perdimos la centralidad de la vida.
Pablo lo ha experimentado en sus andaduras pastorales. Su verticalidad le lleva
a detectar vertientes diferentes, si no, contradictorias en sus feligreses. No
sólo habla de discordias, sino también de partidos, de grupos abanderados con
nombres y personajes que buscarían, supuestamente, liderazgos o protagonismos
que volverían inviable la comunidad como tal.
Palabras como sectarismo, proselitismo, individualismo están a la orden del
día. Se sirven a la carta. Y esto se encuentra en la familia, en las
instituciones, sobre todo, en las políticas y religiosas. Cada quien se siente
llamado a formar su propio grupillo y a convocar sus propias fans que luego se
convertirán en serviles aduladores y les llevará a seguir ciegamente a sus mal
llamados ‘líderes’.
Jesús plantea una opción diferente: Quien le siga tiene que ser y, serlo de
verdad, enteramente libre. Con una libertad que brota de un corazón íntegro,
sin dobleces, sin subterfugios, ni escondites. En la escuela del seguimiento o
discipulado no hay medias tintas, no hay lugar para la mediocridad ni para la
pasividad. Jesús habla de un corazón entero o enteramente al servicio de los
demás. No se aceptan los ‘retazos’.
Cochabamba 26.01.20
jesús e. osorno g. mxy
jesus.osornog@gmail.com