DECIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- 2Re.
4,8-11.14-16: Ese hombre de Dios es un santo; se quedará aquí.
b.- Rm.6,3-4.8-11: Por el bautismo andemos en vida nueva.
c.- Mt. 10,37-42: El que no toma su cruz, no es digno de
mí.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore
en nosotros: Ven Espíritu Santo llena los corazones de
tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu. Y
todas cosas serán creadas. Oh Dios que has iluminado los corazones de tus
fieles con la luz del Espíritu Santo haznos dóciles a tus inspiraciones para
que gustemos el bien y gocemos siempre de su consuelo. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
2.- Acto Penitencial: Pedimos
perdón al Señor, antes de escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido
orar durante esta semana. Perdón Señor….
3.- Oración colecta: Padre
de bondad, que por la gracia de la adopción nos has hecho hijos de la luz;
concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el
esplendor de la verdad. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina:
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo
domingo.
- “El
que ama a su padre o madre…” (v. 37). El evangelio nos presenta la renuncia que
conlleva el seguimiento de Cristo Jesús (vv. 37-39), y acoger a los enviados
(vv.40-42). Estas palabras de Jesús se refieren a cómo establecer un cierto
orden de los valores a la hora de amar a Jesús y la propia familia. Jesús exige
una amor total y exclusivo a su persona, lo que comprendemos desde su amor,
dejarnos amar por ÉL, ayudará a que podemos querer a todas las personas que se
nos ha confiado. Con esto queda claro que su amor queda por sobre todo otro
querer (cfr. Mc.7,10-13). Pero este amor a Jesús, en tiempos difíciles de
persecución para la fe, puede ser un impedimento. Debe prevalecer el amor
supremo a Jesucristo, tiene que ser el primer
valor efectivo. Aceptar el discipulado de Cristo, significa cargar la cruz, el discípulo no es más que el Maestro,
por lo tanto, debe estar dispuesto a tomar su cruz y seguirlo. Entregar la vida por Cristo en el
discipulado, lo que puede significar también entregarla efectivamente en el
martirio. El discípulo pertenece a Jesús, le ha entregado la vida a ÉL (cfr.
Jn. 10,10; 15,5). La vida de todos los días alcanza cota de plenitud sólo en la
vida de ÉL, a quien se la hemos entregado.
Aferrarse a la vida, pero lejos de Cristo, es entrar en camino de muerte.
-
“Quien a vosotros recibe…” (v.40). El otro tema del evangelio está dirigido a
quienes han de recibir a los apóstoles. Cuando los reciban, es a Jesús a quien
reciben y los envían en misión. A quienes reciban a estos enviados por ser
justos o estar consagrados a una misión hacer la voluntad de Dios en ellos
recibirán una recompensa. Asegura Jesús que recibirá recompensa quien preste un
servicio por ser discípulo al más pequeño de los discípulos.
b.- Meditación. ¿Qué
me dice? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo y da razón de tu
elección. Te escuchamos.
- “El
que no toma su cruz…” (v.38). Abrazar la cruz, es abrazar la doctrina y la
persona de Jesús, que me invita a seguirlo libremente.
- “El que pierda su vida…”
(v.39). Entregarle la vida es encontrarla efectivamente porque la Vida es el
propio Jesús de Nazaret.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor
Jesús a propósito de este texto? Escoge una palabra con la que inicias tu
oración personal. Te escuchamos.
- “Quién me recibe a mí…” (v.
40). Señor Jesús, que siempre podamos acoger tu Evangelio que es vida para
nosotros, te lo pido Señor.
- “Y
todo el que dé de beber…” (v. 42). Señor Jesús, que siempre podamos ser
generosos viendo en el necesitado tu persona, te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este
evangelio?
Me
comprometo a seguir a Cristo Jesús día a día.
5.- Relectura bíblica que hace S. Juan de la Cruz, nos
anima a vivir una fe dinámica y eclesial.
S.
Juan de la Cruz enseña que el deseo de seguir a Cristo es el inicio del camino
del auténtico discípulo. “Y sólo aquel apetito consiente y quiere que haya
donde él está, que es de guardar la ley de Dios perfectamente y llevar la Cruz
de Cristo sobre sí. Y así, no se dice en la sagrada Escritura divina (Dt. 31,
26) que mandase Dios poner en el arca donde estaba el maná otra cosa, sino el
libro de la Ley y la vara de Moisés, que significa la Cruz. Porque el alma que
otra cosa no pretendiere que guardar perfectamente la ley del Señor y llevar la
cruz de Cristo, será arca verdadera” (1Subida 5,8).
6.- Alabanza y Adoración. Te alabamos Señor.
- Te
alabamos Padre, por darnos en tu Hijo un camino de vida, te alabamos Señor.
- Te
alabamos Padre, por darnos una familia que amar en Cristo Jesús, te alabamos
Señor.
- Te
alabamos Padre, por la vida que el Espíritu transforma para ser imagen de
Jesús, te alabamos Señor.
- Otras alabanzas…
7.- Preces: Oramos Padre… Te rogamos óyenos.
- Te
pedimos Padre, por las intenciones del Papa y el testimonio evangélico de la
Iglesia en toda la tierra. Te lo pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre por la paz en todas las naciones, en especial en nuestro país, en
las familias, en los corazones. Te lo pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre, por los que sufren, para que encuentren alivio en los
Sacramentos de la Reconciliación, Eucaristía y Unción de los enfermos, te lo
pedimos Señor.
- Te
pedimos Padre, para que llevar la cruz sea testimonio de amor y fidelidad, te
lo pedimos Señor.
- Otras preces…
8.- Padre Nuestro
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
En el
rezo individual o en una celebración comunitaria presidida por un ministro no
ordenado, se dice:
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R.
Amén.
Conclusión.
S.
Juan de la Cruz nos exhorta: “Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad
orando y abriros contemplando” (D 162).
P.
Julio González C.
Pastoral
de Espiritualidad Carmelitana.