TIEMPO
ORDINARIO – DOMINGO XVI A
(19-julio-2020)
Jorge Humberto Peláez S.J.
Reconfortante
mensaje sobre el amor misericordioso de Dios
ü Lecturas:
o Libro
de la Sabiduría 12, 13. 16-19
o Carta
de san Pablo a los Romanos 8, 26-27
o Mateo
13, 24-43
ü La
liturgia de este domingo gira alrededor del amor misericordioso de Dios. El Creador del universo es infinitamente
tierno y está pendiente de cada uno de nosotros. El Salmo 85 lo expresa con
gran delicadeza: “Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con
los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende la voz de mi súplica”.
ü Es
muy interesante comparar la narrativa de los libros de historia y la narrativa
de la historia de la salvación. Los libros de historia nos muestran que, en
general, los grandes caudillos construyeron su poder haciéndose obedecer,
imponiendo su proyecto, generando temor; nada ni nadie podía oponerse a sus
designios. Y este modelo sigue vigente; basta ver los noticieros de TV. Por eso
la palabra misericordia, asociada al poder político o militar, es sinónimo de debilidad.
Por el contario, la palabra misericordia, asociada al poder de Dios, se
convierte en un maravilloso atributo de la divinidad.
ü Los
invito a profundizar en esta idea a partir de un documento escrito por el Papa
Francisco en 2015, cuando convocó el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
En su Bula El rostro de la misericordia
(Misericordiae Vultus), encontramos unas reflexiones que nos invitan
descubrir un mundo maravilloso y reconfortante:
o En
el n.1 de este documento papal, leemos: “Jesucristo es el rostro de la
misericordia del Padre. Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con
toda su persona revela la misericordia de Dios”
o En
el n.2, el Papa hace una hermosa explicación sobre el significado de la palabra
misericordia: “Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima
Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro
encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada
persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de
la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el
corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado”.
ü Después
de meditar en estas expresivas palabras del Papa Francisco, los invito a leer
con atención los textos bíblicos de este domingo y sus referencias al amor misericordioso
de Dios.
ü El
Libro de la Sabiduría, que recoge agudos comentarios sobre el comportamiento
humano, establece un paralelo entre la forma como los grandes de este mundo
ejercen su poder, que es a través de la imposición; y la forma como el Señor
del universo se relaciona con sus creaturas. Leamos con atención este pasaje:
“Hace ostentación de su fuerza el que sabe que no está en posesión del poder
absoluto, y por eso censura las libertades de sus propios seguidores. Tú, en cambio,
por ser verdaderamente soberano, nos juzgas con clemencia y nos gobiernas con
gran misericordia”.
ü El
evangelista Mateo nos presenta la parábola
del agricultor que descubrió que en su parcela estaban creciendo, simultáneamente,
el trigo y la maleza. ¿Qué hacer? La solución que encuentra el agricultor es un
mensaje sobre la paciencia que Dios tiene con nosotros. Su amor misericordioso
no tiene afán, sabe esperar. Vayamos, pues, a los textos:
o Ante
el hallazgo de la maleza que crece en medio del trigal, los obreros hacen una
propuesta radical: “¿Quieres que vayamos a arrancar la mala hierba?”
o ¿Qué
responde el dueño del cultivo? “Él les contestó: No, no vaya a ser que al
arrancar la mala hierba arranquemos también el trigo. Dejémoslos crecer juntos
hasta la cosecha”.
ü Esta
parábola nos comunica un mensaje teológico que nos genera paz: Dios nos ama;
conoce nuestras miserias; sabe que en nuestro interior cohabitan la gracia y el
pecado; somos, al mismo tiempo, egoístas y altruistas. En pocas palabras,
dentro de nosotros crecen el trigo y la maleza. Dios no se impacienta. Aguarda
a que nosotros recapacitemos. Recordemos que Jesucristo no puso límites al
perdón; por eso afirmó, de manera simbólica, que hay que perdonar hasta 70
veces 7…, es decir, la capacidad de perdonar y acoger no se agota.
ü Esta
parábola también nos comunica un mensaje pedagógico. Como acompañantes en el
proceso formativo de niños, adolescentes y jóvenes, necesitamos revestirnos de
paciencia. Por su inmadurez son inconstantes y distraídos. No importa. Permanezcamos
junto a ellos. Siendo muy claros en cuanto a los principios, al mismo tiempo debemos
mostrar una flexibilidad paciente, sin autoritarismos. La vida del hogar y de
las instituciones educativas no puede regirse por las reglas de una academia
militar.
ü Dios
es infinitamente misericordioso y nos invita a ser instrumentos de misericordia
en el mundo. En su Bula El rostro de la
misericordia, el Papa Francisco tiene unas inspiradoras palabras sobre la práctica
de la misericordia por parte de la Iglesia y por cada uno de nosotros:
o “La
misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su
acción pastoral deberá estar revestido por la ternura con la que se dirige a
los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede
carecer de misericordia”.
o “Abramos
nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos
y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar sus
gritos de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a
nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y
de la fraternidad”.
ü En
este mundo atemorizado por el Covid-19, este mensaje sobre el amor paciente y misericordioso
de Dios transmite paz y pide expresarse en acciones de solidaridad.