¿Será que nos ponemos de acuerdo?

 

En este mundo tan complejo hoy, lo menos que lograríamos es ponernos de acuerdo, así sea en puntos tan obvios y de fácil comprensión. Nos dominan las ideologías, el poder, sea cultural, político, religioso. El alma se nos va quedando vacía. El corazón pierde ritmo. Quedan solo los intereses de cualquier índole como los determinantes últimos de cualquier decisión. En el fondo, es el egoísmo el que prevalece.

La idea de mesianismo en el Antiguo Testamento iba ligada a la realeza, al poder, a lo sagrado. Seguramente, esta idea calaba en el pensamiento de los Apóstoles: Un Mesías grande, poderoso. De ahí su interés en buscar los primeros puestos y saber quién era el primero, quién a su derecha, quién a su izquierda. La confrontación de esta idea con las actitudes de Jesús, les inquieta sobremanera.

Jesús ha explicado a los Apóstoles su determinación de subir a Jerusalén, en donde sufrirá de parte de los dirigentes religiosos y políticos hasta la muerte ignominiosa de la Cruz. Pedro, tomando la vocería de los demás, lo lleva afuera con el fin de zanjar en situación tan espinosa y convencer a Jesús de asumir el mesianismo en la línea judía de poder y majestad. La respuesta de Jesús es tajante: “¡Apártate de Mí, Satanás!”

El argumento de Jesús es muy simple: “No piensas como Dios. Piensas como los hombres”. Pensar como Dios es seguir el camino de la cruz, asumir el dolor de la humanidad, la solidaridad con todos los desposeídos de la tierra. Pensar como los hombres es optar por la comodidad, la fama, el despilfarro en todas sus dimensiones. Ponerse de acuerdo en esto es asumir el camino de Jesús o nuestro propio destino.

Cochabamba 30.08.2020

jesús e. osorno g. mxy

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