DOMINGO XXI TIEMPO ORDINARIO CICLO A

EN LA PANDEMIA: ¿QUIÉN SOY YO?

 P. Emilio Betancur

 

Con una catástrofe mundial como la que hemos tenido cuyos efectos apenas ahora empezamos a sentir sería simplista por no decir un error, decir que con la apertura del comercio en general, los restaurantes, aeropuertos y con educación virtual o presencial el fin del confinamiento la apertura de los lugares de culto, los centros culturales o los estadios, vamos a volver al punto de donde estábamos. ¡No fue por el coronavirus y su pandemia que vinimos a caer en cuenta lo mal que estábamos antes por la economía neoliberal, la inequidad social, el daño ambiental y el vacío de espiritualidad que incluye lo moral! En todo estaremos más empobrecidos y nos sentiremos más débiles porque tenemos el futuro más oscuro. Basta ver y escuchar que el sentimiento común es de incertidumbre.

A QUIEN PUEDA INTERESARLE.

En una ocasión estaba Jesús con los discípulos en la frontera del mundo pagano, los griegos con sus dioses y los romanos con sus emperadores hechos ídolos. En ese contexto a Jesús le interesaba más la opinión de los discípulos, como le gustaría saber la nuestra. La primera encuesta del evangelio que podría ser la primera de la pandemia, tiene solo una pregunta: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? lo que equivale a preguntar ¿qué dice la gente que soy yo? Jesús de Nazaret. A Jesús no le interesa que digan que él es Juan bautista, Elías, Jeremías o algún otro profeta, dado que todavía no les había llegado la evangelización. Lo que si más le interesaba era la opinión de los discípulos de ese momento y los discípulos de hoy que somos nosotros los de la época de la pandemia. “Y ustedes ¿Quién dicen que soy yo? Como a los discípulos a nosotros tampoco nos aceptaría decir que lo conocemos casi de memoria por la casa, el catecismo y definiciones en las clases, las películas de su vida y milagros; el arte, la música de gusto o disgusto. Así y toda la gente conoce más a Dios que a Jesús.

“¿Y vosotros quién decís que soy yo?”.¿Y vosotros que experiencia tenéis de mí? Israel conoció a Dios porque lo salvó de todas las esclavitudes en Egipto, tal experiencia la relató como éxodo; cuando Israel perdió la tierra prometida, por deslealtad a la alianza, fue al exilio y al retornó, como un segundo éxodo, lo acompañó Yahvé; razón para que queda con Él por ser un Dios que sabía de sufrimientos.

El conocimiento de Jesús surge cuando yo cuento, relato de que me ha sacado El Resucitado a lo largo de mi vida: la droga, el alcohol, la corrupción, las Redes Sociales, la pornografía, la polarización, el egoísmo, la avaricia del dinero, la envidia; y muchas situaciones más difíciles por íntimas.

En esta pandemia quién fue el que le pregunto a los discípulos y ahora a nosotros. Jesús me sacó de pornografía, me dio la mano cuando me estaba hundiendo, me empujó cuando no quería caminar más, me acompañó con ocasión de tal duelo, me escuchó cuando lo invoqué desde lo hondo, salvó mi hogar desde el momento en que lo tuve en cuenta, aunque la sociedad me ha desplazado Jesús siempre me incluye, aunque soy víctima Jesús no ha permitido que sea resentido y como victimario quisiera una reconciliación con promesa de no repetición. Cuando cada uno de nosotros crea por su vida que Dios nos ama, como Pablo, aprenderemos que con el amor de Dios en nuestro corazón podemos amar y servir a los demás y contar la experiencia del amor de Dios a la gente: “Yo sé en quien me he confiado”. Ese será el último día de la pandemia y la incertidumbre. “Cuando te invoqué me escuchaste, acreciste el valor de mi alma. Señor tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos” (Sal 37)