TIEMPO
ORDINARIO – DOMINGO XXX A
(25-octubre-2020)
Jorge Humberto Peláez S.J.
Una
inspiradora Encíclica sobre la Fraternidad
ü Lecturas:
o Éxodo
22, 20-26
o I
Carta de san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10
o Mateo
22, 34-40
ü El
3 de octubre de este año, el Papa Francisco firmó su Carta Encíclica Fratelli tutti ((Todos hermanos) sobre
la Fraternidad y la amistad social. Fue una emotiva ceremonia en Asís, junto a
la tumba de san Francisco. Las primeras palabras de esta encíclica Fratelli tutti (Todos hermanos) son las
mismas que utilizó el santo de Asís en un escrito dirigido a todos los hermanos
y hermanas para proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio.
ü Dejemos
que el Papa Francisco nos explique el objetivo que busca al proponer este
documento, no solo a la Iglesia, sino a todo el mundo: “Entrego esta Encíclica
social como un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y
actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar
con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las
palabras”.
ü Es
lamentable el espectáculo que están dando nuestros dirigentes, enfrascados en
debates que sólo benefician su agenda electoral, pero que no aportan a la
solución de los graves problemas del país. En vez de atizar la polarización,
deberíamos buscar juntos cómo generar empleo, cómo desarrollar el campo, cómo contener
la violencia que está incendiando al país, cómo proteger a los líderes
sociales.
ü El
mensaje de Francisco es de una enorme actualidad e invita a revisar los
proyectos egoístas que están en curso: “Soñemos como una única humanidad, como
caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos
cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada
uno con su propia voz, todos hermanos”.
ü Nuestros
dirigentes emplearían mejor su tiempo si, en lugar de estar enviando mensajes
venenosos a través de las redes sociales, hicieran una lectura reposada del Capítulo
quinto de la Encíclica, que trata sobre La
mejor política. Leemos en el #178 de la Encíclica: “Ante tantas formas
mezquinas e inmediatistas de política, recuerdo que la grandeza política se muestra
cuando, en momentos difíciles, se obra por grandes principios y pensando en el
bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho asumir este deber en
un proyecto de nación (…) Pensar en los que vendrán no sirve a los fines electorales,
pero es lo que exige una justicia auténtica”.
ü Esta
Encíclica del Papa Francisco sobre la fraternidad y la amistad social está en
total sintonía con las lecturas de este domingo. Es el mismo mensaje, con
palabras diferentes, que encontramos en el libro del Éxodo y en este pasaje del
evangelista Mateo, en el que Jesús responde a la pregunta que le hace un doctor
de la Ley: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?”
ü Empecemos
por las palabras del libro del Éxodo que, aunque pronunciadas hace muchos
siglos, iluminan situaciones que encontramos todos los días: “No debes
perjudicar ni humillar al inmigrante (…) No explotarás a la viuda y al huérfano
(…) No te portarás como un usurero”. Los seres humanos de todos los tiempos
aprovechan la necesidad de los débiles para sacar ventaja. En todas las épocas
proliferan los pícaros, las “pirámides”, los “gota a gota”. Es la búsqueda
insaciable del beneficio propio. El Papa Francisco tiene palabras muy duras
contra el apetito desmedido de lucro.
ü ¿Cómo
cambiar este estado de cosas? En Colombia, tenemos la manía de pretender
solucionar los problemas aprobando nuevas leyes o aumentando las penas por los
delitos cometidos; la última moda es la convocatoria de “referendos”. Desde que
se aprobó la Constitución de 1991, han fracasado todas las convocatorias de
“referendos”; han sido una pérdida de tiempo, de dinero y distraen a la opinión
pública en seudo-debates que no van a las raíces de los graves problemas del
país. Son simples estrategias electorales. En este momento, hay tres propuestas
de “referendos”. ¡Qué estupidez! Es necesario un cambio cultural. Y el camino
para sembrar valores éticos y búsqueda del bien común es a través de la
educación. Es una siembra a largo plazo.
ü Vayamos
ahora al texto del evangelista Mateo, quien recoge una conversación entre Jesús
y un doctor de la Ley, quien le preguntó cuál era el mandamiento más importante
de la Ley. Jesús respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más importante y el primero de
los mandamientos. Pero hay un segundo mandamiento, que tiene la misma
importancia: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos mandamientos se
basan toda la Ley y los Profetas”. Estos dos mandamientos son inseparables. No
es posible alabar al Señor e ignorar al hermano.
ü Como
conclusión de esta meditación dominical, en la que articulamos la Encíclica del
Papa Francisco sobre la Fraternidad, las prescripciones del Éxodo sobre la
justicia, y la enseñanza de Jesús sobre los dos grandes mandamientos del amor a
Dios y el amor al prójimo, meditemos la hermosa oración con la que el Papa Francisco
termina su Encíclica. Es una Oración al Creador:
Señor y Padre de la humanidad,
que creaste a todos los seres humanos
con la misma dignidad,
infunde en nuestros corazones
un espíritu de hermanos.
Inspíranos un sueño de reencuentro,
de diálogo, de justicia y de paz.
Impúlsanos a crear sociedades más sanas
y un mundo más digno,
sin hambre, sin pobreza,
sin violencia, sin guerras.
Que nuestro corazón se abra
a todos los pueblos y naciones de la
tierra,
para reconocer el bien y la belleza
que sembraste en cada uno,
para estrechar lazos de unidad,
de proyectos comunes,
de esperanzas compartidas. Amén.