TRIGÉSIMO CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO
(Año Par. Ciclo A)
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
Lecturas bíblicas:
Abrimos nuestra Biblia y buscamos:
a.- Ez.
34,11-12.15-17: A vosotros ovejas mías os voy a juzgar.
b.- 1Cor. 15,20-26.28: Devolverá el Reino de Dios Padre,
para que Dios sea todo en todos.
c.- Mt. 25, 31-46: El Juicio final.
Esquema
1.- Invocación al Espíritu Santo para que sea ÉL quien ore
en nosotros: V.-Ven Espíritu Santo
llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Señor tu Espíritu. R.- Y todas cosas serán creadas. Oremos. Oh Dios que
has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo haznos
dóciles a tus inspiraciones para que gustemos el bien y gocemos siempre de su
consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
2.- Acto Penitencial: Pedimos perdón al Señor, antes de
escuchar su Palabra, de todo lo que nos ha impedido orar durante esta semana.
Perdón Señor….
3.- Oración colecta: Dios
todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy
amado, Rey del universo; haz que toda la creación liberada de la esclavitud del
pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por nuestro Señor.
4.- Lectio divina: Una vez que tenemos nuestras tres lecturas las
leeremos y escrutaremos, es decir, indagar escudriñar con atención y
minuciosidad cuál es la idea central de cada una de ellas y la anotamos en
nuestro cuaderno. La Lectio la haremos
sólo del Evangelio.
a.- ¿Qué dice el texto? Leemos el Evangelio del próximo
domingo.
- “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado
de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria… (Mt.25, 31ss).
El
evangelio, nos presenta un escenario universal, es el Juicio final para todos
los hombres, naciones y pueblos, creyentes y ateos, buenos y malos. Con esta
escena se cierra el tema escatológico de Mateo, para dejar paso a la enseñanza
de Jesús. Las parábolas han ido preparando este momento, con sus destellos de
tonos proféticos y apocalípticos (cfr. Dn. 7, 9ss).
Jesús se identifica con el Hijo del Hombre, enviado por Dios a concluir el
último capítulo de la historia humana y juzgarla en el amor. El texto supone
que el Evangelio de Jesús llegó a todos los hombres, por ello, todos se reúnen
en su presencia como Juez (vv.31-33;
cfr. Mt. 24,14), y ÉL hará una separación entre ellos: unos a su derecha
otros a su izquierda (vv.32. 34. 41).
- “Venid vosotros benditos de mi Padre, recibid la herencia
del Reino preparada para vosotros desde la creación del mundo” (v. 34).
Le
sigue la escena del premio y del castigo, pero donde se produce una
identificación admirable entre el Juez rey y el pobre necesitado de comida,
vestido, ser visitado en la cárcel etc., único testigo fidedigno para juzgar
las acciones de cada uno (vv.34-35). El criterio será la caridad diligente,
basado en las obras exigidas en el AT, a favor del pobre y desde ahora a favor
de este rey. Este examen final, está
centrado en la caridad el hermano. Él se identifica con sus hermanos que
sufren: los pobres y marginados, a todo ser humano necesitado. Es rey soberano,
no al estilo del mundo, con poder y autoridad; su autoridad consiste en el
servicio, precisamente al necesitado. Ese es su modo de reinar en el mundo. A
todos les ofrece la misma posibilidad de encontrarle, socorrerle, servirle,
puesto que viene a los suyos no con ropajes reales, sino de incógnito, con la
ropa y necesidades de sus hermanos más pobres (vv.35-36.41-42). En este Juicio
sólo cuentan los gestos de amor, o el amor al prójimo. Las obras de
misericordia, encarnación de nuestro amor al prójimo, que señala Jesús en su
Sermón de la Montaña (cfr. Mt.5,1-12), exigen fe, conversión continua, unión
con Dios, cumplimiento fiel de las Bienaventuranzas, actitud contemplativa del
misterio del Reino de Dios que está presente en lo interior de cada bautizado,
y entre los hombres de buena voluntad. El Juicio, se centra en el amor a Dios
por medio del prójimo. Amar es cumplir la ley entera cfr. Rm.
13, 10). La herencia de la vida eterna, la recibirá quien halla amado a su
prójimo, haya hecho el bien y practicado la justicia. Que el Espíritu Santo nos
fortalezca desde dentro en el amor, para poder decir con tantos testigos
insignes, los mártires de todos los tiempos: Viva Cristo Rey.
b.- Meditación. ¿Qué me dice el texto? ¿Qué palabra o hecho de este
evangelio me habla al corazón? Escoge tu texto o versículo, escríbelo y da
razón de tu elección al grupo. Propongo estos textos, puedes elegir otros. Te
escuchamos.
- “Cuando venga el Hijo del hombre…” (v.31ss). Comienza
el Juicio de la humanidad basado en el
amor al prójimo.
- “Venid benditos de mi Padre…” (v.34). La premiación a los que
hayan hecho el bien a sus hermanos.
- “Porque tuve hambre y me distéis de comer…” (v. 35). La
identificación de Cristo con el necesitado es la clave para comprender el
ejercicio de amor al prójimo. Todo nace del amor de Dios, manifestado en Cristo
Jesús, y derramado luego, en los necesitados de salud, paz, vida nueva.
- “¿Cuándo te vimos hambriento y necesitado…?” (vv.37ss). Jesús
Juez es también el objeto del amor al prójimo al identificarse con el hombre
necesitado.
- Otros testimonios…
c.- Oración. ¿Qué le digo al Señor a propósito de este texto? Escoge un versículo o
palabra del texto, escríbelo, con la que inicias tu oración personal y grupal.
Te escuchamos.
- “Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno…” (v.41). Señor Jesús, que nunca escuche esa
terrible sentencia de condena por tu infinita misericordia. Te lo pido Señor.
-
“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento…?” (v.44). Señor Jesús, que
pueda reconocerte en el necesitado, no sólo de bienes materiales, sino sobre
todo de fe, de tu palabra, de escuchar y acompañar, etc. Te lo pido Señor.
- Otras oraciones…
d.- Contemplación y acción. ¿A qué me compromete este
evangelio?
- A preparar orando, ese examen de amor al
final de la propia vida, comprometido con los que sufren de algún u otro modo.
5.- La lectura bíblica y mística de este evangelio la hace
S. Juan de la Cruz, poeta y místico, Doctor de la Iglesia.
“De
donde muchas faltas y pecados castigará Dios en muchos el día del juicio, con
los cuales habrá tenido acá muy ordinario trato y dado mucha luz y virtud,
porque, en lo demás que ellos sabían que debían hacer, se descuidaron,
confiando en aquel trato y virtud que tenían con Dios. Y así, como dice Cristo
en el Evangelio (Mt. 7, 22), se maravillarán ellos entonces, diciendo:
Señor,
Señor, ¿por ventura las profecías que tú nos hablabas no las profetizamos en tu
nombre (y en tu nombre echamos los demonios), y en tu nombre no hicimos muchos
milagros y virtudes? Y dice el Señor que les responderá diciendo (Mt. 7, 23):
Apartaos de mí los obreros de maldad, porque nunca os conocí. Por tanto,
reprenderá también el Señor a los escogidos y amigos suyos, con quien acá se
comunicó familiarmente, en las faltas y descuidos que ellos hayan tenido; de
los cuales no era menester les advirtiese Dios por sí mismo, pues ya por ley y
razón natural que les había dado se lo advertía.” (2 Subida del Monte Carmelo
22,15).
6.- Alabanza y Adoración
- Te
alabamos Padre, por tu Hijo, Rey del Universo, que nos invita a participar de
su Reino de amor y paz, justicia y verdad. Te alabamos Señor…
- Te
alabamos Padre, por tu Iglesia, camino hacia tu Reino, donde como comunidad te
alabamos y bendecimos, te adoramos y pedimos. Con ella y desde ella, te
alabamos Señor.
- Te
alabamos Padre, desde los que construyen tú Reino, desde ellos y con ellos te
alabamos Señor.
- Te
alabamos Padre, desde los enfermos de coronavirus, deprimidos, los que hoy
volverán a tu casa desde los que sufren injusticias, desde ellos y con ellos te
alabamos Señor.
Preces.
- Te
pedimos Padre que podamos ser constructores de tu Reino en nuestra sociedad,
servidores de nuestros hermanos. Te lo pedimos Señor.
- Te
pedimos Señor por la Iglesia, el Papa y sus intenciones, por la nueva misión en
nuestra sociedad chilena.
- Te
pedimos Señor, por todos los chilenos para que oremos por nuestro futuro, por
sus autoridades para piensen antes de hablar y actuar, buscando la paz, el
respeto mutuo, usando sentido común el bien común basados en el Evangelio de
Cristo.
- Por
nuestros enfermos de coronavirus, moribundos, familias y matrimonios en
conflicto puedan dialogar y encontrar camino que resuelvan sus problemas desde
la acción de tu Espíritu.
- Por
el reinado social de Jesucristo en nuestras vidas y como apóstoles anunciar su
evangelio de gracia y valores perennes.
8.- Padre Nuestro…
9.- Abrazo de la paz
10.- Bendición final.
En el rezo individual o en una celebración
comunitaria presidida por un ministro no ordenado, se dice: V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén.
“Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando
y abriros contemplando” (S. Juan de la Cruz).
Página Web de la Parroquia Virgen del Carmen:
www.carmelitasviña.cl.