III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Padre pedrojosé Ynaraja Díaz

 

MIEDO-PRUDENCIA-DECISIÓN

 

TEXTOS

(de la profecía de Jonás (3,1-5.10)

En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.» Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

(de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7,29-31)

Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

(del santo evangelio según san Marcos (1,14-20)

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

COMENTARIO

Ya sabréis, queridos lectores, que en la ordenación del misal fruto del Concilio Vaticano II, se estableció que la lectura primera, casi siempre del Antiguo Testamento, fuera una introducción al contenido de la tercera, que es siempre del evangelio. En la misa de este domingo se nos ofrece, pues, en incipiente lugar de la liturgia de la Palabra, unos fragmentos del libro de Jonás.

Permitidme que me aleje un poco de lo que os decía y me entretenga en otros detalles. El libro de Jonás ocupa dos páginas en una edición normal de la Biblia. El contenido inicial es el más chocante y más conocido. Jonás es invitado por Dios a que se traslade a Nínive a predicarles su necesaria conversión.  Como tantas veces ocurre, las peticiones del Señor incomodan o atemorizan y el profeta era uno de tantos, como uno cualquiera de nosotros.

En vez de ir al este se dirige a poniente. Se va a Joppe, puerto de mar y toma allí un bajel que va a Tarsis. Este nombre, atribuido a una persona o a un territorio, aparece en la Biblia en 25 ocasiones. En el segundo caso los arqueólogos dicen que se trata de la antigua Tartesos, en la actual Andalucía, donde hoy en día una población lleva aun su nombre. Observo que los exégetas en cambio, no están de acuerdo y dicen que se puede tratar de cualquier otro lugar más próximo a Israel.

En Joppe, que hoy en día es parte de Tel Avid, en su pequeño puerto, hay, o había, vete a saber, una enorme escultura de broce de una gran ballena, en recuerdo de la que se zampó y vomitó al profeta.

Nínive  fue una ciudad asiria de gran extensión urbanística. Sus ruinas, en el actual Irak, demuestran que se extendería unos 5km a orillas del Tigris, por 2km de anchura. Leo que los restos fruto de excavaciones relativamente modernas, fueron destruidos por el llamado Estado Islámico. Lo único que yo personalmente conozco son ciertos bajorrelieves de algún muro del palacio, que se conservan en el museo de Louvre de París. (no ignoro cuando lo visito el famoso retrato de Gioconda o Mona Lisa, pero me intereso mucho más por los departamentos de las antigüedades sirias).

Volviendo al libro bíblico, el corto pasaje del ricino, que ocupa 6 escasas líneas, contiene una sabia enseñanza religiosa. No dejéis de leerlo, queridos lectores. Añado además que la imagen del Dios de Israel que refleja tal relato, presentan un dios de sensibilidad muy humana. Es tan ejemplar que uno agradece que nuestro Dios se exprese con tanta sencillez.

La segunda lectura, de la carta de Pablo a los corintios, proclama la exigente diferencia de actitud que debe escoger el fiel, respecto al común de los humanos. De una seria reflexión actual se deduciría que ante la terrible pandemia que nos atenaza, los cristianos deberíamos distinguirnos radicalmente de los demás y preguntarse con valiente sinceridad ¿qué debo hacer yo, que no haría si no tuviera Fe?.

Prosaicamente se aceptan las decisiones de la autoridad civil y se esconde la vida espiritual como el gusano se encierra en el capullo de seda. Si esta es vuestra actitud, queridos lectores, no olvidéis que la crisálida astutamente se libra de la prisión que ella misma se ha fabricado y sale ufana hecha fecunda mariposa. Supongo que sois maduros adultos, vosotros los lectores, y en vuestra infancia, como todo quisque de tierras peninsulares, habéis criado en casa gusanos de seda.    

El fragmento evangélico de la misa del presente domingo tiene dos contenidos.

En primer lugar el comportamiento del Señor ante el arresto de Juan. No ha llegado su hora y para ser fiel a los designios del Padre, se desplaza a Galilea, lejos de la vista de Herodes que reina y gobierna, o así se lo cree él, en la lejana fortaleza-palacio-cuartel de Maqueronte, como nos cuenta Flavio Josefo. En el norte proclama lo fundamental: hay que convertirse. Era fundamental  en aquel entonces y lo es ahora, que cada uno se  examine.

El otro contenido se refiere a la elección de sus primeros apóstoles. Están ellos ocupados lanzando sus copos, antigua operación que el pescador podía practicar individualmente desde la misma orilla, tal proceder hoy en día está prohibido. En otras ocasiones el evangelio nos cita la otra manera de pescar, el tresmallo, desde más de una barca. Ambas maneras suponen deterioro de las redes y por consiguiente meticulosa labor de reparación.

Hay que reconocer que el relato de Marcos resume los diálogos y que la decisión de los escogidos no es precipitada. La descripción del evangelista Juan, que se proclamó el pasado domingo, ya nos contaba que se fueron dos de ellos a pasar una jornada con él y hay que suponer que no se estuvieron en su casa sin hacer ni decirse nada.

Seáis jóvenes y vuestra decisión sea nueva o sensatos mayores, que las resoluciones merezcan detenimiento, cada uno debe escuchar al Señor, escoger su vocación, decisiva o temporal, sea uno/a soltero/a, casado/a o viudo/a y seguirle. Así de simple o complicado, que las dos cosas lo es cualquier propósito.