EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 13,22-30.
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.
Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El
respondió:
"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán
entrar y no lo conseguirán.
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se
pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé
de dónde son ustedes'.
Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en
nuestras plazas'.
Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen
el mal!'.
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y
a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.
Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar
en el banquete del Reino de Dios.
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los
primeros y serán los últimos".
Leer el comentario del Evangelio por
San Próspero de Aquitania (?-v. 460), teólogo laico
La vocación de todos los gentiles, 9
«Vendrán de Oriente y Occidente, del norte y del sur»
Los que acuden a Dios, apoyándose en él, con el deseo de ser salvados, son
realmente salvados: es la inspiración divina la que les hace concebir este deseo de
salvación; son iluminados por Él que los llama a que lleguen al conocimiento de la
verdad. Son en efecto, los hijos de la promesa, la recompensa de la fe, la
descendencia espiritual de Abraham, «una raza elegida, un sacerdocio real" (1P
2,9), previsto desde antiguo y predestinado a la vida eterna... A través de Isaías, el
Señor nos dio a conocer su gracia, que hizo de todo hombre una criatura nueva: "
He aquí que voy a hacer algo nuevo, ya está brotando,¿ no lo notáis? Abriré un
camino en el desierto, corrientes de agua en la estepa..., para dar a beber a mi
pueblo elegido, a este pueblo que me he formado, para que proclame mi
alabanza». Y en otro lugar dice: Ante mí se doblará toda rodilla, por mi jurará toda
lengua» (Is 43,19s; 45,23).
Es imposible que todo esto no llegue, porque la providencia de Dios nunca
falla; sus designios no cambian; su voluntad perdura y sus promesas no son
erróneas. Por consiguiente, todos los que asuman estas palabras serán salvados.
Deposita, en efecto sus leyes en sus conciencias, las inscribe con su dedo en sus
corazones (Rm 2,15); acceden al conocimiento de Dios, no por el conducto de la
enseñanza humana sino bajo la dirección del maestro supremo: «Así pues, ni el que
planta es nada, ni tampoco el que riega; sino Dios que hace crecer» (1Co 3,7)... A
todos da la posibilidad de cambiar el corazón, tener un juicio justo y una voluntad
recta. En el interior de cada hombre, Dios infunde el temor, para que se instruyan
con sus mandamientos... celebren la paciencia de su misericordia, y los milagros
que ha realizado: porque Dios los ha elegido, los ha hecho sus hijos, herederos de
la nueva alianza (Jr. 31,31).
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”