Jueves 13 de Octubre de 2011
Jueves 28ª semana de tiempo ordinario 2011
Romanos 3,21-30a
Hermanos: Ahora, la justicia de Dios, atestiguada por la Ley y los profetas,
se ha manifestado independientemente de la Ley. Por la fe en Jesucristo viene la
justicia de Dios en todos los que creen, sin distinción alguna. Pues todos pecaron y
todos están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien Dios constituyó sacrificio de
propiciación mediante la fe en su sangre. Así quería Dios demostrar que no fue
injusto dejando impunes con su tolerancia los pecados del pasado; se proponía
mostrar en nuestros días su justicia salvadora, demostrándose a sí mismo justo y
justificando al que apela a la fe en Jesús. Y ahora, ¿dónde queda el orgullo? Queda
eliminado. ¿En nombre de qué? ¿De las obras? No, en nombre de la fe.
Sostenemos, pues, que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.
¿Acaso es Dios sólo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Evidente que
también de los gentiles, si es verdad que no hay más que un Dios.
Salmo responsorial: 129
R/Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor; / Señor, escucha mi voz; / estén tus oídos
atentos / a la voz de mi súplica. R.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, / ¿quién podrá resistir? / Pero de ti
procede el perdón, / y así infundes respeto. R.
Mi alma espera en el Señor, / espera en tu palabra; / mi alma aguarda al
Señor. R.
Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a
los profetas, después que vuestros padres los mataron! Así sois testigos de lo que
hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les
edificáis sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y
apóstoles: a algunos los perseguirán y matarán"; y así a esta generación se le
pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo;
desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el
santuario.
Si, os lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de vosotros,
juristas, que os habéis quedado con la llave del saber; vosotros que no habéis
entrado, y habéis cerrado el paso a los que intentaban entrar!" Al salir de allí, los
letrados y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas
preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras.
COMENTARIOS
Ayer decíamos que la ley que Dios había dado para el bien y la salvación del
ser humano, ellos, los fariseos y maestros de la ley, la convirtieron en una carga
insoportable, debido a su doctrina. Pusieron la ley como único absoluto.
Recordemos que las comunidades primitivas cristianas compartían hasta
cierto punto el mismo espacio y las mismas instituciones religiosas del judaísmo. La
gran dificultad para estos primeros creyentes cristianos fue establecer hasta qué
punto la normativa religiosa judía les obligaba también a ellos.
Jesús nos muestra la posición que debemos adoptar: no se puede, sin
perjudicar a las conciencias y sin desdibujar la auténtica imagen del Dios de la
justicia, hacer de la norma algo absoluto. Tampoco se puede poner la ley por
encima del ser humano, haciendo de él un ser deshumanizado y deshumanizante.
Convendría que nos pudiéramos confrontar diariamente con este texto, para
dejarnos interpelar por Jesús. Seguramente tendríamos que reconocer que en
muchas de nuestras palabras nos encontramos involucrados en las mismas
actitudes de los fariseos frente a la ley, en tiempos de Jesús.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)