XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
EL VERDADERO MESIANISMO
La Palabra: “Los labradores, al ver al hijo, se dijeron: este es el heredero; venid,
lo matamos y nos quedamos con su herencia” (Mt 21, 33-43).
1. “Jesús dijo esta parábola a los sacerdotes y senadores del pueblo”. El Profeta ve
ya que las autoridades religiosas judías quieren eliminarlo, y denuncia la injusta
reacción de los dirigentes, pero sobre todo busca un sentido a su fracaso ¿Cómo
puede responder este fracaso a la voluntad del Padre?
2. Pero esta parábola refleja cómo interpretó Jesús el fracaso que le venía encima.
Para buscar sentido lógico acudió a la revelación bíblica donde se descubre algo
importante: la humanización de la humanidad o la salvación no se realiza con el
poder impositivo de los faraones sobre los esclavos, sino a través de hombres y
mujeres que dejan a Dios-amor ser en ellos el único rey y señor. Eso fueron los
justos y los profetas en la historia del pueblo judío. En esa línea Jesús interpreta su
muerte: será el momento en que Dios se revela como amor incondicional a favor de
todos los seres humanos.
3. Todos los seres humanos llevamos dentro el ansia de ser absolutos y la
pretensión de ser los mesías o salvadores por nuestras cualidades físicas o
psicológicas. En el fondo nos ciegan el poder y la fiebre posesiva. Este evangelio
puede ser un buen correctivo, pues deja claro que el único Mesías es creíble porque
en vez de dominar a los demás, fue capaz de perder la vida por defender la
dignidad de todos.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net