XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
QUIÉNES ENTRAN EN EL REINO DE DIOS
La Palabra: El Reino de los cielos, la nueva humanidad fraterna que Dios quiere
“se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo”. Mand a los criados con la
invitación, pero no les hicieron caso porque andaban con sus negocios, incluso, no
faltaron quienes les insultaran. En vista de fracaso, el seor invit a todos, “buenos
y malos”. Se llen la sala del banquete, pero el amo pas revisin, encontr
algunos sin vestido de boda, y mandó a echarlos fuera (Mt 22, 1-14).
1. La parábola es muy significativa para vislumbrar qué significa el símbolo “reino
de Dios”. En principio todo arranca del Padre bueno que quiere la felicidad para
todos. Esa voluntad se va manifestando a todos a través de personas que,
alcanzadas por los sentimientos de Dios, hacen la invitación al banquete. Y vemos
todavía hoy las distintas reacciones: unos siguen pegados a sus negocios, al poder,
y no quieren saber nada de compartir; no están dispuestos a sentarse con los
pobres en la misma mesa. Otros se quedan en la indiferencia. Ese proyecto no les
interesa. Y algunos hasta quieren silenciar a los portadores de la invitación.
2. Hoy leemos la versión de la parábola según el evangelista Mateo, que tiene una
peculiaridad respecto a la versión del evangelista Lucas. Este dice que al ver la
indiferencia y agresividad de los invitados, el señor anfitrión, mandó a los criados
para que invitaran a todos, incluidos los “lisiados, cojos y ciegos”, a quienes nadie
invitaba. Entraron y se celebró el banquete. Pero la versión del evangelista Mateo
añade una coletilla: el señor que había hecho la invitación, vio algunos sin vestido
de boda y los echó fuera. ¿Qué significa esto?
3. Son dos versiones complementarias de lo que significa el Reino de Dios. Es una
posibilidad abierta para todos, pero cada uno es libre de abrirse a la invitación o
curvarse sobre sí mismo. Al reino de Dios no pertenecen los seres humanos sin
más. Necesitan llevar “vestido de fiesta”. En leguaje bíblico la expresin significa
nacer del Espíritu y actuar con los sentimientos de Dios revelado en Jesucristo:
compasión eficaz, compromiso por la justicia, liberación para todos. El evangelio
habla del nuevo nacimiento. Quiere decir que la liberación y la sociedad donde
todos puedan gozar de sus derechos fundamentales no se arregla sólo con el
cambio de estructuras y estrategias políticas. Debe nacer “el hombre nuevo”:
mujeres y hombres con sentimientos de profundo respeto ante la dignidad de todo
ser humano, y empeñados en crear una sociedad en que todos y todas puedan vivir
como personas.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net