Martes 18 de Octubre de 2011
San Lucas Evangelista (18 de octubre)
2Timoteo 4,9-17a
Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo
presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a
Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, pues me
ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en
Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de
pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le
pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso
violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me
abandonaron, y nadie me asistió.. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y
me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los
gentiles.
Salmo responsorial: 144
R/Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, / que te bendigan tus
fieles; / que proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, / la gloria y majestad de tu
reinado. / Tu reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, / es bondadoso en todas sus
acciones; / cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan
sinceramente. R.
Lucas 10,1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por
delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les
decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies
que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como
corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os
detengáis a saludar a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz en esta casa". Y si allí
hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero
merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os
reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid:
"Está cerca de vosotros el Reino de Dios.""
COMENTARIOS
Cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir: anunciar la Buena
Noticia del Señor. Prescindiendo de las circunstancias que nos rodeen, esa misión
es siempre la misma: acoger y vivir el Reinado de Dios, que está cerca, presente,
real y concreto en nuestra vida. Sólo tenemos que empaparnos de él para que
florezca plenamente.
Si ya anteriormente Jesús había hecho un envío similar a los doce
apóstoles, como un símbolo de las doce tribus de Israel, ahora lo hace con otros
setenta (o setenta y dos), simbolizando con este número la universalidad del
mensaje que el Señor tiene para toda la humanidad.
En el evangelio de hoy hay que notar también los “requisitos” que debe
poseer todo aquel que quiera entregar el mensaje como apóstol: no llevar nada,
sólo el deseo ferviente de anunciar el Evangelio; por el camino no saludar a nadie,
no por descortesía, sino porque eso simplemente les entorpecería la misión
encomendada; entregar la paz, porque es a través de ella como cada persona es
capaz de recibir el mensaje.
Sólo de esa manera podrían cumplir la misión encomendada y ser buenos
trabajadores para la cosecha o recolección.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)