Viernes 21 de Octubre de 2011
Viernes 29ª semana de tiempo ordinario 2011
Romanos 7,18-25a
Hermanos: Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en
mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien
que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago.
Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa,
sino el pecado que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro
inevitablemente con lo malo en las manos. En mi interior me complazco en la ley de
Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que
aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo.
En resumen: yo, de por mí, por un lado, con mi razón, estoy sujeto a la ley de
Dios; por otro, con mi carne, a la ley del pecado. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me
librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor
Jesucristo, y le doy gracias.
Salmo responsorial: 118
R/Instrúyeme, Señor, en tus leyes.
Enséñame a gustar y a comprender, / porque me fío de tus mandatos. R.
Tú eres bueno y haces el bien; / instrúyeme en tus leyes. R.
Que tu bondad me consuele, / según la promesa hecha a tu siervo. R.
Cuando me alcance tu compasión, viviré, / y mis delicias serán tu voluntad.
R.
Jamás olvidaré tus decretos, / pues con ellos me diste vida. R.
Soy tuyo, sálvame, / que yo consulto tus leyes. R.
Lucas 12,54-59
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: "Cuando veis subir una nube por el
poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el
sur decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el
aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?
¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por
llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el
juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que
no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo."
COMENTARIOS
En muchas partes del Evangelio, Jesús reprende duramente a quienes le
escuchan, por su falta de fe, su falta de confianza, por no darse cuenta de su
presencia divina; y utiliza contra ellos palabras duras e hirientes, que producen
escozor y rabia. Ellos esperarían otra cosa de ese hombre que habla de tantas
cosas hermosas y que las habla con autoridad.
Para la generación de Jesús, lo importante es buscar el bienestar material, el
cumplir literalmente la Ley, pero sin tener presente a Dios. Se realizan acciones por
cumplir, no porque sean necesarias para la salvación, ni menos para ir
construyendo el Reinado de Dios.
Y por eso Jesús los critica duramente, les reprocha el que saben ver los
signos y señales que se producen tanto en el cielo como en la tierra, pero no son
capaces de ver los signos que Él les muestra a través de sus palabras y de su
actuar, que va mucho más allá de un simple cumplimiento de la Ley.
Para Jesús, la vida debe ir más allá de sus propios afanes. Hay que
experimentar en ella la presencia del Reinado de Dios.
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de servicios KOINONÍA)