Comentario al evangelio del Lunes 24 de Octubre del 2011
Antonio María Claret , hijo y heredero
Es el Espíritu quien nos revela que somos hijos y herederos de
Dios. Como hijos somos tratados con amor, liberados por amor, sostenidos en el amor. La Iglesia nos
invita hoy a recordar a un hombre "pequeño de cuerpo, pero de espíritu gigante". Un hombre que vivió
desde el Espíritu, como hijo y heredero de Dios. Niño, joven, seminarista, sacerdote, fundador,
arzobispo, confesor real, desterrado y perseguido, siempre se sintió hijo y llegó a conquistar una
herencia preciosa a los ojos de Dios, que pudo ser inapreciable a los del mundo. Configurado con
Cristo, coheredero con Él, recorre también un camino de sufrimiento para alcanzar una gloria
imperecedera, pero imposible de plasmar visiblemente en toda su grandeza.
Recordar hoy a san Antonio María Claret, ¿no incita a probar la pasión de "dejarse llevar por el
Espíritu"? En ocasiones aparecen señuelos en la publicidad o en letras y melodías seductoras para
"dejarse llevar". Podemos entenderlo como una invitación a sentirse libre, dejar la mente en blanco,
disfrutar de una apacible comodidad mental, adquirir un estatus de burguesía espiritual… Sin descubrir
"hacia dónde". Y quizá esto sea parte de ese modo de "dejarse llevar", sin rumbo, sin horizonte. Una
sensación de vértigo, de caída libre o de búsqueda de lo esencial sin complicaciones. Con un peligro:
perderse en medio de la nada, del vacío o del hastío. Por eso, mediante este canal u otro, bien se puede
hacer una oferta todavía mejor: "dejarse llevar por el Espíritu" para vivir a golpe de sorpresa de su
viento, llegando el peregrino a encontrar la plenitud humana siempre anhelada: la filiación y la
herencia divinas que liberan plenamente al hombre
Jesús ofrece esta liberación a la mujer del texto de Lucas que leemos hoy. Ella no toma una actitud
activa, pidiendo ser sanada, ni padece una dolencia mortal. De hecho, podía haber esperado a pasar
encorvada un sabbat más. Sin embargo, Jesús da relevancia a su curación, realizada en el corazón de
Israel, más allá del "milagro", subrayando la libertad que se conquista "soltándose", "desatándose" del
maligno, llevando a plenitud la ley por encima de ritualismos opresores. Así, se manifiesta la
liberación que Dios ha venido a traer por medio de Jesucristo y que invita a comenzar una existencia
nueva, que se conoce "dejándose llevar" por el Espíritu Santo.
¡Feliz fiesta de san Antonio María Claret! ¡Felicidades a ti y a toda la familia claretiana !
Luis Angel de las Heras, cmf