DOMINGO/ 30/A 23 OCTUBRE 2011
Éxodo 22,20-26
Así dice el Señor: "No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros
fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque, si los
explotas y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir
a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros hijos huérfanos. Si
prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él
un usurero, cargándole intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo
devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su
cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque yo
soy compasivo."
Salmo responsorial: 17
R/Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; / Señor, mi roca, mi alcázar, mi
libertador. R.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, / mi fuerza salvadora, mi
baluarte. / Invoco al Señor de mi alabanza / y quedo libre de mis enemigos. R.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca, / sea ensalzado mi Dios y Salvador. / Tú
diste gran victoria a tu rey, / tuviste misericordia de tu Ungido. R.
1Tesalonicenses 1,5c-10
Hermanos: Sabéis cuál fue nuestra actuación entre vosotros para vuestro
bien. Y vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra
entre tanta lucha con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo
para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Desde vuestra Iglesia, la
palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas
partes. Vuestra fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no
teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de
la acogida que nos hicisteis: cómo, abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios,
para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús
desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os libra del castigo
futuro.
Mateo 22,34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los
saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó
para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?" Él
le dijo: ""Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo
tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley
entera y los Profetas."
COMENTARIOS
ÉXODO.
El grupo “viuda-huérfano-extranjero” expresa la pobreza o desvalimiento en
una sociedad oriental, puesto que las tres categorías sociales son negación de lo
que era considerado como bienes básicos producidos por la bendición de Dios.
Otra situación protegida es la del pobre. El pobre expresa el abajamiento y la
aflicción del indigente, a quien no se le puede exigir de lo que no tiene.
* Y por último, el peculiar mandato sobre la devolución del manto tomado en
prenda limita la ley comercial. El abrigo garantiza la supervivencia en las frías
noches del desierto palestino, por lo que la obligación de devolverlo revela la
prioridad: por encima de toda ley o pacto se halla la vida del hombre, sea quien
sea; basta que se halle próximo (prójimo).
Las razones por las que Yahvé protege a los desfavorecidos se hallan en sus
sentimientos: la ira , concepto que expresa el celo apasionado por una causa, y su
ser compasivo , atributo obtenido del verbo “apiadarse”, sentir lástima, sentir
piedad.
La protección de los desvalidos es ley fundamental y prioritaria. Es Ley
principal. Los pobres son “llamada de Dios”, dice hoy la teología.
EVANGELIO.
+El evangelio apunta, precisamente, en la misma dirección al mostrarnos
que para Jesús, el fundamento de la relación con Dios y el prójimo es el amor
solidario. Jesús sintetiza el decálogo y casi toda la legislación en su principio de
amor fraternal y recíproco.
Cuando los juristas preguntan a Jesús por la ley más importante esperan que
Él cometa un error y se pronuncie contra la Ley misma. Jesús se les adelanta y les
hace ver que en la Ley lo más importante es el amor a Dios y el amor al prójimo. El
amor es el espíritu mismo de la legislación divina.
Al colocar estos dos mandamientos como el eje de toda la Escritura, Jesús
pone en primer lugar la actitud filial con respecto a Dios y la solidaridad
interhumana como los fundamentos de toda la vida religiosa. Incluso, la adecuada
interpretación de la Escritura (la Ley y los Profetas) depende de que sean
comprendidos y asumidos estos dos imperativos éticos.
Nosotros vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el
pueblo judío, incluso nuestras iglesias tienen extensas legislaciones. Vivimos
también en un mundo que tiene muchísimos más millones de pobres oprimidos bajo
la usura internacional, que los pobres oprimidos por los que clamaron los profetas.
La Palabra de Jesús que hoy recordamos y actualizamos en nuestra celebración es
una invitación a sacudir nuestra pasividad, a recuperar la indignación ética ante la
situación intolerable de este mundo llamado moderno y civilizado, y a volver a lo
esencial del Evangelio, al mandamiento principal, a los dos amores.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de SAL TERRAE: HOMILÉTICA)