“el que se humilla será elevado"
Lc 14, 1.7-11
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. SE CENSURA ESTA ANSIA DE LOS PRIMEROS PUESTOS, QUE ERA
VANIDAD.
Nos encontramos con un relato propio de Lucas, es decir no lo traen los otros evangelistas.
El estudio de las tradiciones Judías, nos enseña que en los banquetes judíos, los fariseos
gustaban colocarse en los puestos de honor. Incluso los rabinos tenían reglamentado el
orden de la importancia de estos puestos. Tomando pie de este banquete, pero trasladando
su consejo a un banquete hipotético “de bodas” para no ofender a los invitados del
presente, censura esta ansia de los primeros puestos, que era vanidad. Hasta por
precaución no debe adelantarse a posesionarse de estos puestos, ya que pueden ignorar
qué más invitados vayan a venir, y que para darles puestos superiores los hagan a ellos
descender.
2. OTRAS GENTES SENCILLAS Y HUMILDES LES DA DIOS EL REINO Y LOS
PUESTOS QUE QUIERE
Debemos suponer, que Jesús no esta interesado en dar una norma o pauta de cortesía, si
no que nos habla a través de una parábola. El banquete de bodas al que El apunta es el
Reino mesiánico, ordinariamente representado bajo la imagen de un banquete, y la lección
que da es que, para obtener en él los primeros puestos, no se pueden comportar como en
los banquetes ordinarios. Allí los primeros puestos estarán reservados a los que aquí fueron
más humildes. La formulacin está hecha con extremismo hiperblico “sapiencial” sin más
matices. Los fariseos se consideraban con derecho al ingreso en el Reino y a puestos
importantes. Pero el Reino es don gratuito de Dios. Por eso, a otras gentes sencillas y
humildes les da Dios el reino y los puestos que quiere, mientras, culpablemente, queda
fuera del mismo el fariseísmo engreído y exigente (Mt 20:1-15).
3. JESÚS PERFECTO MAESTRO, ESPECIALMENTE DE LA HUMILDAD
Los fariseos, en todo y por todo buscaban siempre los puestos de honor, los primeros
puestos, aquellos que les podían representar ventajas, a ellos le encantaba ser honrados
delante de los demás, sin embargo nosotros como discípulos de Jesús, debemos tener una
posición contraria y con espíritu de autentica humildad. Aprendan de mí, que soy paciente y
humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Jesucristo, se dedico toda su vida
en la tierra a enseñarnos, el tuvo todas las virtudes, fue un perfecto maestro, especialmente
de la humildad, el quiso que aprendiéramos bien esta virtud. Después que Jesús lavo los
pies de sus discípulos, les dijo: Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo
soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes
deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como
he hecho yo. En verdad les digo: El servidor no es más que su patrón y el enviado no es
más que el que lo envía. Pues bien, ustedes ya saben estas cosas: felices si las ponen en
práctica. (Jn 13, 13-16)
4. LA HUMILDAD NOS PERMITE RECONOCER NUESTROS PROPIOS
ERRORES
Jesús nos enseña en esta parábola la humildad. Actitud derivada del conocimiento de las
propias limitaciones y que lleva a obrar sin orgullo: La humildad nos permite reconocer
nuestros propios errores.
El subir pronto a los honores que no merecemos, puede causarnos un disgusto mayor,
porque el ambicioso de honor nunca obtiene lo que desea, sino es otra cosa que el rechazo
o el desprecio y puede recibir incluso una condena enérgica. En otras palabras, buscando el
modo de tener muchos honores nunca llega a ser honrado. Y como nada hay que pueda
compararse con la modestia, Jesús invita a los que lo oyen a ser diferente diciendo “Al
contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio”, esto es no slo pidiendo no
ambicionar el primer sitio, sino que se busque el último.
5. Y ASÍ QUEDARÁS BIEN DELANTE DE TODOS LOS INVITADOS.
Jesús dice; “De manera que cuando llegue el que te invit, te diga: "Amigo, acércate más".
Si alguno no quiere ser colocado delante de otros, lo obtiene por disposición divina y
diciendo estas cosas nos corrige con amabilidad, nos advierte con mansedumbre; porque
basta una advertencia entre los discretos y así por la humildad alguno se corona de
honores, agregando “Y así quedarás bien delante de todos los invitados.
6. CONTRADECIR EL PUESTO QUE SE NOS HA SEÑALADO, NO ES OTRA
COSA QUE INDICIO DE SOBERBIA.
Pero no solo es conveniente a todos ocupar el último lugar, es bueno no ser obstinado e
intentar ocupar el sitio al cual no estamos designados, porque altera el orden y produce
molestias. Por tanto, como aquí dice Jesús, conviene que el que hizo la invitación
establezca el orden que cada uno debe guardar en la mesa. Y así nos soportaremos
mutuamente con paciencia o con caridad, obrando honestamente en todo y según el orden,
no según la apariencia o la ostentación de muchos. Es así, como debemos manifestar que
practicamos la humildad por condescendencia o por paciencia. Contradecir el puesto que se
nos ha señalado, no es otra cosa que indicio de soberbia.
7. “PORQUE TODO EL QUE SE ELEVA SERÁ HUMILLADO, Y EL QUE SE
HUMILLA SERÁ ELEVADO"
En este sencillo ejemplo, vemos el sentido de la sentencia al ambicioso y al humilde,
“Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado", Esto es y
será según el juicio de Dios.
Según la costumbre de los hombres, muchos que desean honores los consiguen y otros
que se humillan no llegan a alcanzarlos. Delante de los hombres podemos vanagloriarnos
de nuestras cualidades, de nuestros bienes económicos, de nuestra posición social, de
nuestras influencias, todas ellas no valen nada ante Dios.
Sin embargo el Señor sancionara a los soberbios y concederá con frecuencia a los
humildes los dones de su Espíritu como premio. Ante Dios no cabe otra actitud que
humillarse. La humildad es el único modo de ser grande a los ojos de Dios, en especial el
grado de humildad ante los hombres. No olvidemos que Dios es lo más grande, nosotros
ante El somos pequeños, El es santo, nosotros pecadores, El es sabio y nosotros
ignorantes, es así como la mejor posición ante El, es ser sinceramente humildes.
8. NO NOS ENSALCEMOS COMO SI FUÉSEMOS SUPERIOR A LOS DEMÁS
Cuando nos pidan algo, en especial en nuestra Iglesia, lo haremos por la fe, y no nos
ensalcemos como si fuésemos superior a los demás, ni hagamos presunción o alabanza
excesivas de las propias cualidades o de las propias acciones, ni nos vanagloriemos por
nuestros méritos; al contrario, cederemos el lugar al que sea más digno, reconociendo
modestamente, humildemente y sin vanidad, que los demás son mejores que en lo que nos
creíamos superior.
Ante el Seor, solamente serán considerados los humildes y de corazn sencillo. “El mayor
entre ustedes será el servidor” (Mt 23,11). Jesús, es un loco de amor por los hombres y por
nosotros lo da todo.
El Señor les Bendiga