EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 16,1-8.
Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador,
al cual acusaron de malgastar sus bienes.
Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu
administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el
cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza.
¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en
su casa!'.
Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto
debes a mi señor?'.
'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo,
siéntate en seguida, y anota diez'.
Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo',
le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'.
Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan
hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los
demás que los hijos de la luz.
Leer el comentario del Evangelio por
San Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), sacerdote, fundador
Es Cristo que pasa. Cap. 5 ;santificar el trabajo
«Trabaja con tus manos para hacer el bien»
Conviene no olvidar, por tanto, que esta dignidad del trabajo está fundada en
el Amor. Por eso el hombre no debe limitarse a hacer cosas, a construir objetos. El
trabajo nace del amor, manifiesta el amor, se ordena al amor. Reconocemos a Dios
no sólo en el espectáculo de la naturaleza, sino también en la experiencia de
nuestra propia labor, de nuestro esfuerzo. El trabajo es así oración, acción de
gracias, porque nos sabemos colocados por Dios en la tierra, amados por Él,
herederos de sus promesas. Es justo que se nos diga: «Ora comáis, ora bebáis, o
hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo a gloria de Dios» (1Co 10,31).
El trabajo profesional es también apostolado, ocasión de entrega a los demás
hombres, para revelarles a Cristo y llevarles hacia Dios Padre, consecuencia de la
caridad que el Espíritu Santo derrama en las almas. Entre las indicaciones, que San
Pablo hace a los de Éfeso, sobre cómo debe manifestarse el cambio que ha
supuesto en ellos su conversión... encontramos ésta: el que hurtaba, no hurte ya,
antes bien trabaje, ocupándose con sus manos en alguna tarea honesta, para tener
con qué ayudar a quien tiene necesidad. Los hombres tienen necesidad del pan de
la tierra que sostenga sus vidas, y también del pan del cielo que ilumine y dé calor
a sus corazones. Con vuestro trabajo mismo, con las iniciativas que se promuevan
a partir de esa tarea, en vuestras conversaciones, en vuestro trato, podéis y debéis
concretar ese precepto apostólico.
Si trabajamos con este espíritu, nuestra vida, en medio de las limitaciones
propias de la condición terrena, será un anticipo de la gloria del cielo, de esa
comunidad con Dios y con los santos, en la que sólo reinará el amor, la entrega, la
fidelidad, la amistad, la alegría. En vuestra ocupación profesional, ordinaria y
corriente, encontraréis la materia —real, consistente, valiosa— para realizar toda la
vida cristiana, para actualizar la gracia que nos viene de Cristo.!
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”