EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 25,1-13.
Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus
lámparas al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus
frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: 'Ya viene el esposo, salgan a su encuentro'.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: '¿Podrían darnos un poco de aceite, porque
nuestras lámparas se apagan?'.
Pero estas les respondieron: 'No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a
comprarlo al mercado'.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la
sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos',
pero él respondió: 'Les aseguro que no las conozco'.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
comentario del Evangelio por
Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina
Ejercicios, n° 5; SC 127
«¡Qué llega el esposo! salid a recibirlo!»
Mi Dios, mi dulce Noche, cuando me llegue la noche de esta vida, hazme
dormir dulcemente en ti, y experimentar el feliz descanso que has preparado para
aquellos que tú amas. Que la mirada tranquila y graciosa de tu amor, organice y
disponga con bondad, los preparativos para mi boda. Con la abundancia de tu
amor, cubre... la pobreza de mi vida indigna; que mi alma habite en las delicias de
tu amor, con una profunda confianza.
¡Oh amor, eres para mi una noche hermosa, que mi alma diga con gozo y
alegría a mi cuerpo un dulce adiós, y que mi espíritu, volviendo al Señor que me lo
dio, descanse en paz bajo tu sombra. Entonces me dirás claramente... "Que viene
el Esposo: sal ahora y únete a él íntimamente, para que te regocijes en la gloria de
su rostro" ...
¿Cuándo, cuándo te me mostrarás, para que te vea y dibuje en mi, con
deleite, esta fuente de vida que tú eres, Dios mío? (Isaías 12,3) Entonces beberé,
me embriagaré en la abundante dulzura de esta fuente de vida de donde brotan las
delicias de aquel que mi alma desea (Sal 41,3) ¡Oh, dulce rostro, ¿cuándo me
colmarás de ti? Así entraré en el admirable santuario, hasta la visión de Dios (Sal
41,5); no estoy más que a la entrada, y mi corazón gime por la larga duración de
mi exilio. ¿Cuándo me llenarás de alegría en tu rostro dulce? (Salmo 15,11)
Entonces contemplaré y abrazaré al verdadero Esposo de mi alma, mi Jesús...
Entonces conoceré como soy conocida (1 Corintios 13,12), amaré como soy amada;
entonces te veré, Dios mío, tal como eres (1 Jn ,:2), en tu visión, tu felicidad y tu
posesión bienaventurada por los siglos.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”