XXX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Sr. Cardenal Julio Terrazas Sandoval, CSsR
Arquidiócesis de Santa Cruz, Bolivia
Homilía de S.E. Cardenal Julio Terrazas.
Domingo 23 de octubre de 2011.
Queridos hermanos y hermanas, toda la comunidad reunida en Santa Cruz y amadísimos
fieles de todo nuestro país, y todo los que nos unimos cada domingo para poder
vivir las maravillas que Dios quiere hacer y sigue haciendo con su pueblo...
EL FUNDAMENTO DE TODO CRISTIANO ES AMAR A DIOS Y AMAR AL PRÓJIMO
El mensaje del evangelio de hoy podríamos decir que es el distintivo del auténtico
discípulo y misionero. El señor quiere manifestarse y manifestar su amor y pide
también que esta sea la expresión de cada uno de los que nos llamamos cristianos.
Que los amemos a Él con todo el corazón, con toda el alma, con todo el espíritu,
solo a Él.
Esta respuesta del Señor, generada después que un le hicieran una pregunta capciosa,
maliciosa, un fariseo se acerca para preguntarle ¿cuál es el mayor mandamiento de
la ley? Parece una respuesta difícil y lo es porque en ese tiempo algunos pensaban
que había que obedecer ciegamente todo lo que se había mandado y ordenado por
tanto tiempo, más de 640 mandamientos o prohibiciones que había que tener en
cuenta y otros que no querían saber absolutamente nada.
¿Cuál es el mayor de los mandamientos en medio de este bosque de tantas prohibiciones
y leyes? Por eso es el Señor con toda claridad pone el fundamento a aquello que
nadie puede dejar de lado si es que se precia de ser Cristiano: Amarás al Señor, Él
es tu Dios, y tienes que hacerlo con todo le corazón, no con una parte sino ´con
todo el corazón`, con toda tu alma, no puedes dividirte, es para Dios
absolutamente todo lo que tiene la persona humana; y con todo tu espíritu.
Lo más grande, lo más noble de la persona humana está en el corazón, está en el alma,
está en el espíritu y, todo eso tenemos que ponerlo delante de nuestro Dios como
signo de nuestro amor y de nuestra entrega.
NO SE PEUDE SER SEGUIDOR DE DIOS SIN RESPETAR Y QUERER AL PRÓJIMO
Y el Seor aade inmediatamente “Este es el más grande y el primer mandamiento y el
segundo es semejante al primero: Amarás a tu prjimo como a ti mismo”. Esta
parte no la esperaban ni los fariseos ni aquellos que negaban toda ley; Esta parte
no la deseaban y puede hasta repetirse también en medio de nosotros que
preferimos solamente cumplir aquello de amar a Dios directamente porque es
bueno, porque es misericordioso, porque nos hace favores; pero amar al prójimo,
amar al hermano, amar al enemigo, amar a aquel que no piensa como nosotros
eso ya es más difícil. Sin embargo el Señor pone las cosas con claridad: el amor a
Dios y amor al prójimo; el amor a Dios con toda tu entrega, el amor al prójimo
como el amor que te tienes tú mismo.
Esa es la mirada que tenemos hoy que perfilar. Cómo nos vemos a nosotros mismos?
¿Cómo nos amamos a nosotros mismos? ¿Qué es lo que deseamos, cuáles son
nuestras ilusiones y nuestros ideales? ¿Qué es lo que hay dentro de nuestro
espíritu en el cual se han metido lo odios, los rencores, las venganzas y
desconfianzas?
Eso nos puede ayudar a que salgamos reforzados con nuestro anuncio. Es esto lo que hoy
en esta Jornada Mundial de las Misiones tenemos que recordar y decirlo y
propagarlo y hace realmente que la gente capte que no es posible confesarse
seguidor de Dios si no es capaz de respetar y de querer a su propio prójimo. De
estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas
Hermanos, el que fue a hacerle la pregunta al Señor no era un ignorante, era un
conocedor de la ley, era un delegado de un grupo que se había reunido para buscar
una pregunta y hacerlo caer al Señor porque estaban enojados, porque en el
episodio que meditamos el domingo pasado el Señor los acalló y los avergonzó y
tuvieron que escaparse porque también le hicieron una pregunta capciosa: ¿Es lícito
pagar tributo al Cesar o no? Y el Señor les dijo: al cesar lo que es del cesar con tal
que no se crea Dios con tal que no se haga el Dios actual o antiguo y a Dios hay
que darle lo que es de Dios.
Y Aquí vuelve Jesús a decir que el alma, el espíritu, el corazón, hay que entregarlo a
Dios porque nos Él ha creado y Él nos ha liberado.
JORNADA MUNDIAL DE LA MISIONES: ¡TODO BAUTIZADO TIENE UNA MISIÓN!
Hoy es la Jornada Mundial de las Misiones en toda la iglesia, y para nosotros en América
Latina, en Santa Cruz y en Bolivia, este término ya es familiar: El que está
bautizado tiene una misión y el que tiene la misión tiene que decirla, anunciarla,
tiene que hacerla conocer a los demás; Las circunstancias pueden ser opuestas, a
lo mejor el tiempo nos falta porque nos tienen distraídos en muchísimas cosas que
no tienen nada que ver con Dios pero en medio de las cosas que suceden debemos
saber descubrir a ese Dios presente.
LA LIBERTAD DE CONCIENCIA Y LIBERTAD PARA ELEGIR DEL PUEBLO
BOLIVIANO.
Hemos vivido esta semana muchas cosas. ¿Qué ha significado el domingo pasado para
nuestro país y para nosotros Cristianos? Más allá de los resultados contabilizados o
no contabilizados, creemos que es una especie de espacio que nuestro pueblo se
ha abierto para demostrar su libertad de conciencia y su libertad para elegir. En
estos puntos es donde Dios nos dice: adelante, porque ustedes no han nacido para
que los esclavicen, han nacido para ser libres y libre es aquella persona que es
capaz de pensar por su propio valer y no porque le impongan otros.
¿Qué hemos sentido cuando escuchamos que ha muerto un gobierno que tuvo a su pueblo
oprimido durante 42 años? Lo que tenemos que sentir los cristianos es que ojala
este nuevo tiempo sea para edificar, sea para hacer un país para todos, sea un
modelo de recuperación después de tantos desastres, guerras y enfrentamientos
que denigran a la persona humana y denigran a los pueblos.
Lo del TIPNIS, cuando uno mira todo esto se acuerda lo que ha dicho el antiguo
testamento: hay que recibir al extranjero, hay que recibir al humilde hay que
escuchar sus angustias y sus dolores porque si ustedes no los escuchan yo si los
voy a escuchar porque son mis predilectos y hemos sentido esa presencia de Dios
de forma pacífica, pidiendo aquello que era para bien de todos.
¡ QUE LA HUMILDAD SEA EL NORTE DE NUESTRO PUEBLO!
Nuestro Dios nos encamina para esos lados, podemos no estar de acuerdo con las formas
y maneras, pero tenemos que decir que esto de la humildad y la sencillez que fue
reconocido por el pueblo tiene que ser un llamado de atención para que la humildad
siga siendo el norte y el guía de nuestro pueblo y que no se encamine hacia la
soberbia que es perdición y muerte.
Deseamos por supuesto que esto que se ha conseguido ese día de mayor unidad, de
mayor comprensión y mayor respeto, se profundice y se haga el alimento de cada
día para nuestros pueblos.
¿Y qué nos dice el Señor cuando se muestra que el narcotráfico sigue reinando en nuestra
tierra, cuando se sigue construyendo las fábricas más grandes de eso que es
veneno para la gente? Dios nos dice que estemos atentos, y que pongamos
también nuestro espíritu, nuestra mente y nuestro corazón para ver los medios y
maneras de liberar a nuestra gente de todos estos problemas que destruyen la
conciencia humana.
Da pena, es verdad, a quien no le va a doler mirar a nuestros niños y niñas en las
esquinas de nuestras calles, algunos trabajando, otros pidiendo limosnas, eso una
sociedad no lo puede permitir. Pero cuando son sacados de las calles arrastrados,
haciéndolos llorar, creo que eso tampoco es signo de civilización, no es un signo de
recibir al que sufre y al que llora para ayudarle y no para maltratarlo. No podemos
aprobar métodos que crean mentalidades de odio y rencor hacia una sociedad que
no los recibe y no los quiere.
Queridos hermanos y hermanas: La palabra del Señor hoy en esta Jornada Mundial de las
Misiones es clara. Pablo habla a su comunidad de Tesalonica y les dice: les
agradezco porque han escuchado nuestra palabra, porque han seguido nuestro
ejemplo, nos llegan noticias de que ustedes siguen trabajando que han ido a otros
lugares y que allí también se ha sembrado la Palabra de Dios. Pues ese es el
trabajo de la misión de la Iglesia, ese es el trabajo que de manera especial la
Iglesia quiere encomendar hoy a los jóvenes.
Como acaba de decir el Santo Padre, a los jóvenes de la Iglesia hay que devolverles la
palabra, estaban demasiado silenciados, es hora de que hablen y se pronuncien, es
hora de que salgan por las calles y caminos para anunciar que hay un solo Dios al
que hay que amar y un solo prójimo al que hay que querer como nosotros nos
queremos.
Evidentemente que este mensaje del Señor puede concretarse mucho más en las familias
y aprovecho para saludar a todos los que trabajan en el servicio de orientación de
los fieles en problemas familiares (Servicio de Orientación Familiar) están en toda
Bolivia, que sigan adelante, que la orientación autentica y verdadera será siempre
llevada a cada uno, a cada familia a cada miembro de una familia, a buscar esa
unidad en el Señor de la vida, a buscar esa unidad en el servicio a los demás.
Que el Dios de la caridad y la esperanza, el Dios de nuestra fe, nos acompañe hoy y
siempre. Amen.