¿SEGUIR A JESUS? ¡POR QUÉ NO!
Por Javier Leoz
“Los santos son los que cambian el mundo” Con esta impresionante frase, el Papa
Benedicto XVI, se dirigía a los fieles congregados en la plaza de la Catedral de
Erfurt (Alemania) el pasado mes de septiembre. Y nos recordaba, entre otras cosas,
que aunque sean pocos, fueron y son sal y luz. Son grandes porque grande fue
amor radical a Dios y al prójimo.
1. - En esta festividad de Todos los Santos, hemos de caer en la cuenta de una
gran herencia: ser santo significa participar de la santidad de Dios. Un cristal por el
que, la presencia del Señor, se ve nítidamente por las obras o un balcón abierto por
el que, cuando se asoma, se escucha en toda su pureza la Palabra que nos ilumina.
Celebrar esta fiesta es sentirnos fascinados por lo alto. Cuando ascendemos a las
montañas vienen a nuestros ojos imágenes de valles y de ríos, de cielos estrellados
o de horizontes lejanos. En esta jornada de Todos los Santos no nos conformamos
con subir a los cerros. Trepamos más arriba. Elevamos nuestros ojos a esa realidad
que ha sido la razón y el motor, el existir y el triunfo definitivo de tantos hombres y
mujeres que se dejaron seducir por la beldad de Dios. No se conformaron con lo
que encontraban en el suelo, con las propuestas caducas de felicidad, con los atajos
traicioneros. Los santos apostaron fuerte: descubrieron que Dios era lo máximo y
dieron firme testimonio de El.
2.- ¿Es posible seguir a Jesús en estos tiempos?- ¿Está de moda ser santo?
Interrogantes que sólo esperan y merecen una respuesta: ¡SI! ¡Es posible seguir a
Cristo en medio de tanta mediocridad! ¿Cómo? Siendo diferentes a los modelos que
nos propugna una sociedad saturada de falsos ídolos pero necesitada de auténticos
referentes de justicia y de paz, de amor y de verdad. ¿Acaso podremos encontrar la
santidad en las revistas que aceleran y confunden el corazón? ¡No! Las
bienaventuranzas son, hoy más que nunca, “la cosmética esencial” para cuidar el
alma y el rostro de un cristiano. Para saber si estamos en onda con Jesús de
Nazaret. Para comprobar si, nuestros anhelos de santidad, son ciertos o –por el
contrario- se quedaron en buenos propósitos.
Es posible seguir a Jesús porque, otros hermanos nuestros (también de carne y
hueso, no de yeso o madera) lucharon por ello y, entre otras cosas, fueron
inmensamente felices así. Es más, cerraron los ojos al mundo, y están viendo –cara
a cara- a ese Dios con el cual tanto soñaron, por el que tanto se desvelaron y por el
cual dieron hasta el último suspiro.
3.- ¿Dónde está entonces el secreto de la felicidad de Todos los Santos? En la
belleza interior. Como nosotros tuvieron un punto de salida (el Bautismo) pero se
tomaron como una fascinante tarea el llegar a la santidad desde Dios y sin olvidar
nunca a Dios.
-Unos, sin quererlo, no pasaron desapercibidos. Fueron exigentes consigo mismos y
dejaron huella allá por donde caminaron. Fueron fuego vivo y, desde lejos, se veía
el humo de su vida cristiana.
-Otros, porque así lo quisieron, brillaron sólo para Dios. Tan sólo El, hoy seguimos
sin saberlo nosotros, conoce quienes son, en qué altar de tierra o perdidos en el
ancho horizonte se encuentran. Pero…fueron santos. Fueron brisa suave...pisada
sin ruido….
-Otros, como dice el Papa Benedicto XVI, están vivos. Son los santos del próximo
siglo. Hombres y mujeres que, en tiempos de muros para la fe, proclaman con
valentía y con espíritu bienaventurado que seguir a Jesús es lo más grande que una
persona puede hacer y brindar a la humanidad.
Y, en medio de todo ello, nosotros. ¡Sí! ¡Nosotros! También estamos convocados a
no quedarnos bajo mínimos. Podemos alcanzar altas cotas de perfección y de
santidad, de caridad y de amor, de alegría verdadera y de esperanza cristiana.
4.- Mirar o festejar a estos grandes deportistas de la fe (conocidos o anónimos) no
significa quedarnos en una simple contemplación (sería una traición a su gran
obra). Honrar la memoria de Todos los Santos es recoger la antorcha que ellos
sostuvieron en sus manos: la adhesión a Jesucristo muerto y resucitado, y saber
crecer espiritualmente aún en medio de defectos o debilidades. ¿Cómo? Optando
claramente, una y otra vez, por el camino de la conversión, la reconciliación y el
perdón.
A que es posible? Todos los Santos…nos dicen que sí! Avancemos por el sendero
que ellos nos dejaron iluminado!
5.- ¿QUIÉNES SON TODOS LOS SANTOS?
Son, ni más ni menos, aquellos
que en la Montaña de las Bienaventuranzas
encontraron y renovaron, una y otra vez,
su pasión y su carnet de identidad
Los que, abriendo la ventana de su corazón,
permitieron que entrase la luz divina y, con esa luz eterna,
agradar totalmente a Dios sin olvidar al hombre.
Son, esos hermanos nuestros, que sin hacer cosas extraordinarias
fueron grandes por su inmensa sencillez;
en la oscuridad, nunca se cansaron de buscar al Señor
y en la luz del mundo, nunca lo dejaron perder.
¿QUIÉNES SON TODOS LOS SANTOS?
Son aquellos/as que fueron fieles al Señor
sin doblegarse o arrodillarse a los pies de otros dioses
Los que, en el sufrimiento, nunca se acobardaron
y, en el éxito, no quisieron dar la espalda al Evangelio
Los que, ante la injusticia, eran altavoz de los que no tenían voz
o los que, ante la pobreza, sabían sembrar a Dios como riqueza
¿QUIÉNES SON TODOS LOS SANTOS?
Tal vez los que, sin levantar mucho ruido,
hicieron un bien inmenso en tantos hombres y mujeres del mundo
Aquellos que, en la soledad, acompañaron con horas sin término
Los que, obligados a renunciar a su fe, prefirieron el martirio
Los que, enmudecidos por muchos intereses, nunca callaron
Los que, presionados por la hostilidad, sólo predicaron la paz
¿QUIÉNES SON TODOS LOS SANTOS?
Son los que, lejos de dejarse seducir por la palabrería barata
se dejaron llevar por la Palabra de Jesucristo
Son los que, tentados por los mil sabores de la tierra
no quisieron jamás apartarse del alimento del cielo: la Eucaristía
Son los que, perseguidos por proclamar la verdad
se crecieron y fueron fuertes hasta el último instante de sus vidas
Son los que, además de amar con pasión la creación,
nunca olvidaron que, Alguien, era su Creador
¿QUIÉNES SON TODOS LOS SANTOS?
Son los que pretendieron un mundo diferente
atravesado por la estrella de la fe e iluminado por el Espíritu Santo
Los que esperaron y soñaron con Dios como recompensa final
Los que, sin ser entendidos ni comprendidos,
han sido recibidos con un abrazo gratificante en el cielo
Los que, con su vida y en su vida, por su vida y desde su vida
quisieron y disfrutaron llevando a Dios
hasta lo más hondo de su existencia.
Esos son… nuestros santos.