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XXXI Semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Lunes
Lucas 14,12-14
No invites a tus amigos, sino a los pobres ”. Esto es lo que el Señor propone al
que lo había invitado a comer, para que los pobres lo reciban “cuando resuciten los
justos”. San Beda enseña que el Señor“No prohíbe como un delito que se convide a
los hermanos, a los amigos y a los ricos, pero manifiesta que, como los otros
comercios de la necesidad humana, de nada nos aprovecha para obtener la
salvacin. Por esto aade: “No sea que te vuelvan ellos a convidar y te lo paguen”.
No dice que se pecará. Y esto se parece a lo que dice en otro lugar ( Lc 6,36): “¿Y si
hacen beneficios a los que se los hacen, en qué consistirán sus méritos?”.
Por esto, san Antonio invita repetidamente a los fieles a pensar en la
verdadera riqueza, la del corazón, que haciéndonos ser buenos y misericordiosos
nos hace acumular tesoros para el cielo. "Oh ricos así los exhorta hagan
amigos... a los pobres, acójanlos en sus casas: luego serán ellos, los pobres,
quienes los acogerán en los tabernáculos eternos, donde existe la belleza de la paz,
la confianza de la seguridad, y la opulenta serenidad de la saciedad eterna” ( ib. , p.
29).
Por consiguiente, si algún hombre ha dado alimento o vestido a los pobres
como limosna en el nombre de Cristo, escuchará estas palabras consoladoras en el
Día del Juicio: “Tuve hambre, y me diste de comer... estaba desnudo, y me
vestiste”, recibe, por lo tanto, mi Reino eterno.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)