Lunes 07 de Noviembre de 2011
Lunes 32ª semana de tiempo ordinario 2011
Sabiduría 1,1-7
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y
buscadlo con corazón entero. Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela
a los que no desconfían. Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder,
sometido a prueba, pone en evidencia a los necios. La sabiduría no entra en alma
de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado. El espíritu educador y santo
rehúye la estratagema, levanta el campo ante los razonamientos sin sentido y se
rinde ante el asalto de la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los
hombres que no deja impune al deslenguado; Dios penetra sus entrañas, vigila
puntualmente su corazón y escucha lo que dice su lengua. Porque el espíritu del
Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no ignora ningún sonido.
Salmo responsorial: 138
R/Guíame, Señor, por el camino eterno.
Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me
levanto, / de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi
descanso. R.
Todas mis sendas te son familiares. / No ha llegado la palabra a mi lengua, /
y ya, Señor, te la sabes toda. / Me estrechas detrás y delante, / me cubres con tu
palma. / Tanto saber me sobrepasa, / es sublime, y no lo abarco. R.
¿Adónde iré lejos de tu aliento, / adónde escaparé de tu mirada? / Si escalo
el cielo, allí estás tú; / si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R.
Si vuelo hasta el margen de la aurora, / si emigro hasta el confín del mar, /
allí me alcanzará tu izquierda, / me agarrará tu derecha. R.
Lucas 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que sucedan
escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos
pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo
arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se
arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a
decirte: "Lo siento", lo perdonarás."
Los apóstoles le pidieron al Señor: "Auméntanos la fe." El Señor contestó: "Si
tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y
plántate en el mar." Y os obedecería."
COMENTARIOS
Por enésima vez nos sorprende que Jesús, al dirigirse de nuevo a los
discípulos, pronuncie una advertencia tan severa: «Es inevitable que sucedan esos
escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Más le valdría que le encajasen en el
cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar antes que escandalizar a uno de
estos pequeños. ¡Andaos con cuidado!» (17,1-3a) .
¿Quiénes son «estos pequeños»? En la terminología de los sinópticos, son los
discípulos provenientes de las capas sociales marginadas social y religiosamente
(en nuestro caso, los seguidores que antes eran «recaudadores y descreídos»)
quienes, gracias a su situación, han comprendido y asimilado la exigencia de Jesús
de invertir la escala de valores y han optado por el camino de la sencillez
(«pequeños»). «Los discípulos», a los que Jesús se dirige, son los de ascendencia
judía ortodoxa. El «escándalo» son las riquezas, como tipificación de los falsos
valores contrarios a los del reino. Aquéllos, con sus ansias de poder, pueden
provocar el escándalo de los sencillos. Lejos de sacar partido de su pasado
observante, deben estar dispuestos a perdonar siempre y en todo momento (17,3b-
4).
En el colofón, los discípulos son nombrados «los apóstoles» (referencia clara
a la «misión») y Jesús, «el Señor» (17,5). Lucas quiere describir la sensación de
impotencia que experimentan «los misioneros» ante el arraigo profundo de los
falsos valores en la sociedad. Jesús los tilda de falta absoluta de fe. «Si tuvierais
una fe como un grano de mostaza» , la simiente más pequeña, símbolo de los
comienzos del reino a partir de unos valores humanamente insignificantes, «diríais
a esta morera», a la sociedad injusta y explotadora del hombre: «Arráncate de
cuajo y plántate en el mar.» Para el que cree en la utopía del reino, no hay
obstáculo insalvable: «Y os obedecería» (17,6).
Juan Alarcón, s.j..
(Extracto de Fundación ÉPSILON)