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XXXII semana del Tiempo Ordinario (Año Impar)
Sábado
Lucas 18, 1-8
“Dios hará justicia a sus elegidos que claman a él”. Luego de afirmar la
necesidad de la oración continua y de la perseverancia en la misma, y en vistas a
“aquel día”, el Seor ofrece una parábola para salir al paso de aquellos que piensan
que Dios no hace justicia a pesar de sus súplicas. Quien así piensa, corre el peligro
de abandonar la oración y, como consecuencia, perder la fe.
La viuda de la parábola no tenía cmo “comprar” al juez corrupto, un hombre
cínico que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Por más que la causa de
esta viuda fuera justa, al juez no le interesaba perder el tiempo con ella. Con un
juez así ninguna viuda tenía las de ganar. Sin embargo, ante una situación tan
desalentadora, ella persevera en su súplica día tras día hasta que el juez decide
hacerle justicia para liberarse de la continua molestia. Es así como por su
insistencia y persistente súplica la viuda obtuvo justicia.
De esta parábola el Señor Jesús saca la siguiente conclusión: si aquel juez
inicuo le hizo justicia a la viuda por su terca e insistente súplica, “Dios, ¿no hará
justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?”. Ante la tentacin del
desfallecimiento por una larga espera, ante las duras pruebas e injusticias sufridas
día a día, los discípulos deben perseverar en la oración y en la súplica, con la
certeza de que Dios “les hará justicia sin tardar” y les dará lo que en justicia les
pertenece (ver Lc 16,12).
El Señor Jesús da a entender que la fidelidad de Dios y el cumplimiento de sus
promesas están garantizados. La gran pregunta más bien es si los discípulos
mantendrán la fe durante la espera y las pruebas que puedan
sobrevenirles: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esa fe sobre la
tierra?”
San Agustín enseña que “La perseverancia del que ruega debe durar hasta que
se consiga lo que se pida en presencia del Justo Juez. Por tanto, deben estar bien
seguros los que ruegan a Dios con perseverancia, porque Él es la fuente de la
justicia y de la misericordia”.
Padre Félix Castro Morales
Fuente: http://parroquiadelasoledad.org/ (Con permiso a homiletica.org)